jueves, septiembre 01, 2016

Es el tiempo de la gente, no es tiempo de personalismos

De mes en mes/febrero 2016
Mundo Obrero

Los que gobiernan en este país de verdad, el IBEX 35 y los poderes económicos y mediáticos del régimen bipartidista monárquico, pueden estar intuyendo que un gobierno del PP en minoría traería mayor desestabilización social, conflicto y también mayores preocupaciones a los prestamistas y especuladores que llenan sus bolsillos a nuestra costa. Con el fin de mantener su tasa de ganancias, el capitalismo patrio está dispuesto a realizar algunas concesiones y para ello necesita la composición de un gobierno sin este PP; están dispuestos a unos cambios que no cuestionen el régimen pero que puedan dar la suficiente credibilidad al espejismo de la regeneración del sistema, en ello están y harán todo lo posible para que eso sea así. 

En este marco la corrupción se ha cobrado otra pieza, esta vez una del máximo nivel de autoridad en el Partido Popular. Esperanza Aguirre con alevosía y sorpresa, como es propio en ella, ha comunicado su dimisión en el significativo día del 14 de febrero. Como si de un revelador acto de ruptura de relaciones se tratara le manda un claro mensaje a Mariano Rajoy y al Partido Popular: es hora de irnos, de dar un paso atrás, la inundación -según sus propias palabras- de la corrupción hace de este el tiempo de “sacrificios y cesiones”. 

La corrupción ahoga el Partido Popular y acorrala a un Mariano Rajoy incapacitado para gobernar tras los últimos sucesos de corrupción y la pérdida de la mayoría absoluta donde él se mueve a gusto. La pregunta en esta situación de un PP cercado por los escándalos y un pávido candidato a la presidencia del gobierno, es ¿quién está detrás de la dimisión de Esperanza Aguirre como presidenta del PP de Madrid y por qué en este momento en el que se está gestando la composición de un nuevo gobierno y que Rajoy quiere presidir?

En este marco UP-IU está haciendo lo que tiene que hacer, generar con otras fuerzas la posibilidad de desalojar del gobierno a los corruptos y a los que han causado sufrimiento al pueblo. Es una cuestión de salud democrática que el PP abandone el poder y se cree una nueva situación para seguir trabajando por un nuevo país. Para ello hay que ir dando pasos firmes y esos sólo pueden darse con el programa en mano y con la consulta a las bases. La sociedad reclama un cambio y una salida a la actual situación de represión, paro, precariedad y de recortes. En este sentido van los 16 puntos que UP-IU ha presentado para facilitar la investidura, si se diera el caso, a través de una mayoría parlamentaria de Pedro Sánchez, como ha dicho Alberto Garzón. No es para entrar en el gobierno, es para posibilitar un cambio de gobierno.

Julio Anguita y el Frente Cívico siempre han puesto sobre la mesa la necesidad de un programa concreto, de unos puntos básicos para establecer con otras fuerzas políticas y sociales el marco en el que defender los intereses de la mayoría social. En estas páginas Julio nos ha hablado del D+1 refiriéndose al día después de las elecciones, en el que por encima de los intereses personales o partidarios había que poner a las personas con las que queremos construir el contrapoder para cambiar la sociedad. 

UP-IU está haciendo las cosas con sensatez y en este sentido ha iniciado las negociaciones en contacto directo, con comisiones negociadoras y no a través de los medios de comunicación, porque no es serio negociar a través de ellos dando pie al “plató” de la política espectáculo en el que algunos partidos y medios de comunicación han convertido la acción política, pensando más en sus intereses y en la audiencia que en aquellas personas que sufren los graves efectos de la políticas de las instituciones internacionales garantes del neoliberalismo. Porque una cosa es la transparencia y otra el espectáculo. 

Podemos fue el primero que propuso un gobierno del cambio a través de una solemne escenificación, incluido General atlantista, en la que visualizaba el reparto de sillones antes incluso que explorar la posibilidad del acuerdo político. Además, anunció unas líneas rojas para establecer ese pacto como el referéndum en Cataluña y nunca hablar con Ciudadanos. Pasado el tiempo, en otro acto, en otra escenificación se han rebajado la presencia de dirigentes de Podemos a tres, hablan con una sola voz, se anuncia un referéndum no vinculante y no se ponen reparos a hablar con Ciudadanos, se retrocede en las posiciones iniciales sin ni siquiera haberse sentado a hablar con los posibles participes en el gobierno. No es tiempo de personalismos, es el tiempo de la gente.

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