sábado, noviembre 23, 2019

EL ODIO AL INDIO

Por su interés, reproduzco el articulo EL ODIO AL INDIO del Ex Vicepresidente de Bolivia

Por: Alvaro García Linera
Ex Vicepresidente de Bolivia

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Como una espesa niebla nocturna, el odio recorre vorazmente los barrios de las clases medias urbanas tradicionales de Bolivia. Sus ojos rebalsan de ira. No gritan, escupen; no reclaman, imponen. Sus cánticos no son de esperanza ni de hermandad, son de desprecio y discriminación contra los indios. Se montan en sus motos, se suben a sus camionetas, se agrupan en sus fraternidades carnavaleras y universidades privadas y salen a la caza de indios alzados que se atrevieron a quitarles el poder.

En el caso de Santa Cruz organizan hordas motorizadas 4×4 con garrote en mano a escarmentar a los indios, a quienes llaman “collas”, que viven en los barrios marginales y en los mercados. Cantan consignas de que “hay que matar collas”, y si en el camino se les cruza alguna mujer de pollera la golpean, amenazan y conminan a irse de su territorio. En Cochabamba organizan convoyes para imponer su supremacía racial en la zona sur, donde viven las clases menesterosas, y cargan -como si fuera un destacamento de caballería- sobre miles de mujeres campesinas indefensas que marchan pidiendo paz. Llevan en la mano bates de béisbol, cadenas, granadas de gas; algunos exhiben armas de fuego. La mujer es su víctima preferida; agarran a una alcaldesa de una población campesina, la humillan, la arrastran por la calle, le pegan, la orinan cuando cae al suelo, le cortan el cabello, la amenazan con lincharla, y cuando se dan cuenta de que son filmadas deciden echarle pintura roja simbolizando lo que harán con su sangre.

En La Paz sospechan de sus empleadas y no hablan cuando ellas traen la comida a la mesa. En el fondo les temen, pero también las desprecian. Más tarde salen a las calles a gritar, insultan a Evo y, con él, a todos estos indios que osaron construir democracia intercultural con igualdad. Cuando son muchos, arrastran la Wiphala, la bandera indígena, la escupen, la pisan la cortan, la queman. Es una rabia visceral que se descarga sobre este símbolo de los indios al que quisieran extinguir de la tierra junto con todos los que se reconocen en él.

El odio racial es el lenguaje político de esta clase media tradicional. De nada sirven sus títulos académicos, viajes y fe porque, al final, todo se diluye ante el abolengo. En el fondo, la estirpe imaginada es más fuerte y parece adherida al lenguaje espontáneo de la piel que odia, de los gestos viscerales y de su moral corrompida.

Todo explotó el domingo 20, cuando Evo Morales ganó las elecciones con más de 10 puntos de distancia sobre el segundo, pero ya no con la inmensa ventaja de antes ni el 51% de los votos. Fue la señal que estaban esperando las fuerzas regresivas agazapadas: desde el timorato candidato opositor liberal, las fuerzas políticas ultraconservadoras, la OEA y la inefable clase media tradicional. Evo había ganado nuevamente pero ya no tenía el 60% del electorado; estaba más débil y había que ir sobre él. El perdedor no reconoció su derrota. La OEA habló de “elecciones limpias” pero de una victoria menguada y pidió segunda vuelta, aconsejando ir en contra de la Constitución, que establece que si un candidato tiene más del 40% de los votos y más de 10% de votos sobre el segundo es el candidato electo. Y la clase media se lanzó a la cacería de los indios. En la noche del lunes 21 se quemaron 5 de los 9 órganos electorales, incluidas papeletas de sufragio. La ciudad de Santa Cruz decretó un paro cívico que articuló a los habitantes de las zonas centrales de la ciudad, ramificándose el paro a las zonas residenciales de La Paz y Cochabamba. Y entonces se desató el terror.

Bandas paramilitares comenzaron a asediar instituciones, quemar sedes sindicales, a incendiar los domicilios de candidatos y líderes políticos del partido de gobierno. Hasta el propio domicilio privado del presidente fue saqueado; en otros lugares las familias, incluidos hijos, fueron secuestrados y amenazados de ser flagelados y quemados si su padre ministro o dirigente sindical no renunciaba a su cargo. Se había desatado una dilatada noche de cuchillos largos, y el fascismo asomaba las orejas.

Cuando las fuerzas populares movilizadas para resistir este golpe civil comenzaron a retomar el control territorial de las ciudades con la presencia de obreros, trabajadores mineros, campesinos, indígenas y pobladores urbanos -y el balance de la correlación de fuerzas se estaba inclinando hacia el lado de las fuerzas populares- vino el motín policial.

Los policías habían mostrado durante semanas una gran indolencia e ineptitud para proteger a la gente humilde cuando era golpeada y perseguida por bandas fascistoides. Pero a partir del viernes, con el desconocimiento del mando civil, muchos de ellos mostraron una extraordinaria habilidad para agredir, detener, torturar y matar a manifestantes populares. Claro, antes había que contener a los hijos de la clase media y, supuestamente, no tenían capacidad; sin embargo ahora, que se trataba de reprimir a indios revoltosos, el despliegue, la prepotencia y la saña represiva fueron monumentales. Lo mismo sucedió con las Fuerzas Armadas. Durante toda nuestra gestión de gobierno nunca permitimos que salieran a reprimir las manifestaciones civiles, ni siquiera durante el primer golpe de Estado cívico del 2008. Y ahora, en plena convulsión y sin que nosotros les preguntáramos nada, plantearon que no tenían elementos antidisturbios, que apenas tenían 8 balas por integrante y que para que se hagan presentes en la calle de manera disuasiva se requería un decreto presidencial. No obstante, no dudaron en pedir/imponer al presidente Evo su renuncia rompiendo el orden constitucional. Hicieron lo posible para intentar secuestrarlo cuando se dirigía y estaba en el Chapare; y cuando se consumó el golpe salieron a las calles a disparar miles de balas, a militarizar las ciudades, asesinar a campesinos. Y todo ello sin ningún decreto presidencial. Para proteger al indio se requería decreto. Para reprimir y matar indios sólo bastaba obedecer lo que el odio racial y clasista ordenaba. Y en sólo 5 días ya hay más de 18 muertos, 120 heridos de bala. Por supuesto, todos ellos indígenas.

La pregunta que todos debemos responder es ¿cómo es que esta clase media tradicional pudo incubar tanto odio y resentimiento hacia el pueblo, llevándola a abrazar un fascismo racializado y centrado en el indio como enemigo?¿Cómo hizo para irradiar sus frustraciones de clase a la policía y a las FF. AA. y ser la base social de esta fascistización, de esta regresión estatal y degeneración moral?

Ha sido el rechazo a la igualdad, es decir, el rechazo a los fundamentos mismos de una democracia sustancial.

Los últimos 14 años de gobierno de los movimientos sociales han tenido como principal característica el proceso de igualación social, la reducción abrupta de la extrema pobreza (de 38 al 15%), la ampliación de derechos para todos (acceso universal a la salud, a educación y a protección social), la indianización del Estado (más del 50% de los funcionarios de la administración pública tienen una identidad indígena, nueva narrativa nacional en torno al tronco indígena), la reducción de las desigualdades económicas (caída de 130 a 45 la diferencia de ingresos entre los más ricos y los más pobres); es decir, la sistemática democratización de la riqueza, del acceso a los bienes públicos, a las oportunidades y al poder estatal. La economía ha crecido de 9.000 millones de dólares a 42.000, ampliándose el mercado y el ahorro interno, lo que ha permitido a mucha gente tener su casa propia y mejorar su actividad laboral.

Pero esto dio lugar a que en una década el porcentaje de personas de la llamada “clase media”, medida en ingresos, haya pasado del 35% al 60%, la mayor parte proveniente de sectores populares, indígenas. Se trata de un proceso de democratización de los bienes sociales mediante la construcción de igualdad material pero que, inevitablemente, ha llevado a una rápida devaluación de los capitales económicos, educativos y políticos poseídos por las clases medias tradicionales. Si antes un apellido notable o el monopolio de los saberes legítimos o el conjunto de vínculos parentales propios de las clases medias tradicionales les permitía acceder a puestos en la administración pública, obtener créditos, licitaciones de obras o becas, hoy la cantidad de personas que pugnan por el mismo puesto u oportunidad no sólo se ha duplicado -reduciendo a la mitad las posibilidades de acceder a esos bienes- sino que, además, los “arribistas”, la nueva clase media de origen popular indígena, tiene un conjunto de nuevos capitales (idioma indígena, vínculos sindicales) de mayor valor y reconocimiento estatal para pugnar por los bienes públicos disponibles.

Se trata, por tanto, de un desplome de lo que era una característica de la sociedad colonial: la etnicidad como capital, es decir, del fundamento imaginado de la superioridad histórica de la clase media por sobre las clases subalternas porque aquí, en Bolivia, la clase social sólo es comprensible y se visibiliza bajo la forma de jerarquías raciales. El que los hijos de esta clase media hayan sido la fuerza de choque de la insurgencia reaccionaria es el grito violento de una nueva generación que ve cómo la herencia del apellido y la piel se desvanece ante la fuerza de la democratización de bienes. Así, aunque enarbolen banderas de la democracia entendida como voto, en realidad se han sublevado contra la democracia entendida como igualación y distribución de riquezas. Por eso el desborde de odio, el derroche de violencia; porque la supremacía racial es algo que no se racionaliza, se vive como impulso primario del cuerpo, como tatuaje de la historia colonial en la piel. De ahí que el fascismo no sólo sea la expresión de una revolución fallida sino, paradójicamente también en sociedades postcoloniales, el éxito de una democratización material alcanzada.

Por ello no sorprende que mientras los indios recogen los cuerpos de alrededor de una veintena de muertos asesinados a bala, sus victimarios materiales y morales narran que lo han hecho para salvaguardar la democracia. Pero en realidad saben que lo que han hecho es proteger el privilegio de casta y apellido.

El odio racial solo puede destruir; no es un horizonte, no es más que una primitiva venganza de una clase histórica y moralmente decadente que demuestra que, detrás de cada mediocre liberal, se agazapa un consumado golpista.

jueves, noviembre 07, 2019

“Por qué voy a votar a Unidas Podemos”. (Y II)




«Primero se llevaron a los comunistas
pero a mí no me importó
porque yo no era.
En seguida se llevaron a unos obreros
pero a mí no me importó
porque yo tampoco era.
Después detuvieron a los sindicalistas
pero a mí no me importó
porque yo no soy sindicalista.
Luego apresaron a unos curas
pero como yo no soy religioso
tampoco me importó.
Ahora me llevan a mí
pero ya es tarde.»

Bertold Brecht. Adaptación del poema del pastor luterano alemán Frederick Gustav Emil Martin Niemiöller

I
La simple conciencia de pertenencia de clase es suficiente para explicar el significado del voto de la población. Bien es cierto que,  históricamente y en las últimas décadas, el discurso reaccionario ha sido asumido por una parte importante de la sociedad española y murciana, en ello repetimos, los medios de comunicación y el discurso retrogrado de determinados líderes y partidos políticos ha hecho mella, ante la difícil situación y la falta de alternativas, en una parte de la sociedad.
Por eso, es importante responder a la campaña de falsedades que desde las derechas se realiza para desaminar a las y los votantes de izquierdas, como se ha comprobado están haciendo ahora a través de redes sociales y antes en Andalucía potenciando con mensajes falsos la abstención.
Y por otro lado es necesario dar respuesta a la disgregación del voto de izquierdas en este crucial momento. Como la realizada por el partido Mas País e Iñigo Errejón. No negamos el derecho del político madrileño de fundar su propio partido a nivel nacional, pero nos preguntamos ¿es este el mejor momento? Máxime cuando tiene asegurada su actividad política en la Comunidad de Madrid, en la que, por otra parte, hace falta darla la vuelta a los gobiernos de la comunidad y la ciudad.
II
Desenmascarando a la derecha. He oído varias propuestas del líder del partido neo-franquista y todas son recortes de derechos constitucionales y al referirse al tema de Cataluña, dice que se traiciona el espíritu de la transición – que fue de dialogo entre los partidos políticos y que sus referentes históricos no aceptaron- un tipo que no acepta la constitución cuando cuestiona el estado de las autonomías y los derechos fundamentales que esta implanta para las personas. Todas sus propuestas es volver 50 años atrás.
A un Partido Popular, que por poner un ejemplo, lleva más de 24 años gobernando en la región y cuando se le tira de las orejas ante la situación del Mar Menor, por ponerse del lado de los lobbies del ladrillo y de la agroindustria su respuesta es: yo pasaba por allíechándole la culpa al empedrado, como con la corrupción y el robo realizado por su partido. Un claro ejemplo del capitalismo patrio, de la mentira, manipulación e impunidad de unos gobernantes impúdicos.
Ciudadanos el partido abanderado de la regeneración democrática y política y que no ha tenido ningún pudor a nivel regional con el PP  y Vox (a nivel local les honra el acuerdo con el PSOE para echar el PP) con el único partido condenado en juzgado por corrupción el PP y con el partido fascista que añora los años oscuros de la dictadura franquista y que se significa por el discurso del odio.
III
Por otro lado, un PSOE que una vez más deserta de su condición de “izquierdas” y que en las últimas semanas se ha puesto del lado de los poderosos con las posteriores medidas y promesas. Como el escorpión de la parábola: es su condición. Pedro Sánchez ha cedido a los intereses de los poderosos para los que una primera condición era no llegar a un acuerdo con Unidas Podemos, intentado colarnos el relato de los malos que son estos de UP. El último ejemplo, el anuncio de la instauración de la llamada “mochila austriaca” que no es otra cosa que el despido libre, beneficiar a los bancos y generalizar el fraude empresarial.

IV
Siempre es mejor explicar con datos las posiciones de cada uno, en este caso del por qué votar a Unidas Podemos. Como he leído en algún sitio, los ricos pasaron dos años de crisis las clases populares llevamos diez. Veamos unos ejemplos de la situación social, que sin ser exhaustivos pueden ilustrar en el marco político, social y político en que vamos a votar el día 10N.
La crisis siempre es una oportunidad para los mismos: los ricos. Aumenta el número de ricos y superricos tras la crisis. Según Credit Suisse, el número de millonarios se quintuplica en España en 10 años (5.7%) pasando de 172 en 2009 a 979.000 en 2019. El 1% más rico de la población española acapara el 50 % (47.92 %) de la riqueza financiera del país.  
En contraposición, 1 de cada 2 niños sigue en riesgo de pobreza y el 1 de cada 5 españoles, un 26 %, según datos del informe AROPE de la EAPN. Y aumenta la brecha entre los hogares de rentas altas y más bajas, según el VIII informe FOCSA. En España existe un millón de hogares con todos sus miembros sin ingresos.
Todo en un país con más de tres millones de parados (en su mayoría mujeres) en el que se le perdona al banca privada los más de 60.000 millones de euros entregados para el rescate bancario durante la crisis, el que aumenta la precariedad y es más difícil llegar a fin de mes.
Mientras la recuperación no ha llegado para todos, las clases medias se recuperan paulatinamente hay 4.100.000 personas en riesgo de exclusión social severa y existen un claro riesgo de la juvenilización de la pobreza.
Ante esto es necesario, como primer paso para la igualdad y la justicia social establecer mecanismo de reparto de la riqueza, y solo Unidas Podemos es capaz de iniciar ese proceso.
Es por ello que, voy a votar Unidas Podemos.



martes, noviembre 05, 2019

“Por qué voy a votar a Unidas Podemos”. (I)

                                                                        
                                Si no estáis atentos a los Medios de Comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido.

                       Malcolm X. Activista norteamericano por los derechos civiles 

Este articulo comienza con la famosa frase de Malcolm X sobre los medios de comunicación, ante la importancia que estos tienen en la conformación de la opinión y voluntad de la ciudadanía –como antaño la insidia y la rumorología popular- y que, como hemos visto semanas atrás con el seguimiento de los sucesos en Cataluña y la exhumación del criminal dictador Franco, no siempre se realiza con responsabilidad, más bien de forma obscena. Comienza así, también, en el entendimiento que las redes sociales forman parte de esos medios de comunicación. Hemos conocido la denuncia pública, ante la junta electoral y la fiscalía contra el PP por la falsa campaña y en negativo, usurpando el nombre un líder de un partido de izquierdas, contra la izquierda, en la que está implicado –indirectamente a través de sus pipiolos- el propio Teodoro García Egea candidato del PP por la Región de Murcia y responsable nacional de la campaña del partido conservador. 

 Cabe aquí, recordar la famosa frase de que “no todo vale en política”. 


 II

El día 10 de noviembre nos jugamos mucho más que la fácil y simplista comparación deportiva del resultado final, de la loca carrera por los votos, en la que la verdad a medias –la peor de las mentiras- y la manipulación son la tónica habitual de determinados partidos para esconder las auténticas intenciones si llegan al poder. Conscientes de que nadie se lee los programas. 

 Nos jugamos, además, el futuro de nuestros hijos e hijas, nietos y nietas y el nuestro más inmediato. Nos jugamos la construcción de una sociedad que defiende los derechos humanos y el progreso social en sus términos más amplios, o por el contrario, se instaura un sistema totalitario e intolerante, negacionista con el progreso del ser humano hacia la igualdad, para devolvernos mental, social y políticamente varios siglos atrás.

Todo ello, con la complicidad de la religión, los poderes económicos y mediáticos. Así, vemos como nuevamente en la historia de la humanidad los poderosos y sus adláteres utilizan las banderas, la religión y las más bajas pasiones –esto vale para el nacionalismo español y para el catalán- para entretener al pueblo y seguir robándole su dinero, sus derechos y establecer la explotación del planeta y del ser humano sin medida. Lo que ellos y ellas llaman “libertad”.


 III 

Lo anteriormente descrito puede servir para, en líneas generales, argumentar el voto a la fuerza política -Unidas Podemos- que defiende a las clases populares y trabajadoras y que se sitúa en las antípodas de las fuerzas de la derecha y extrema derecha. Los conservadores y neofascistas siempre salen a defender sus intereses de “clase” explotadora, pendenciera y corrupta –sí, las clases existen-. 

El domingo irán a misa de 12 y después a votar a pesar de la corrupción, el robo, el engaño, la mediocridad y la incompetencia de las que ha hecho gala en los gobiernos las distintas versiones de la derecha patria. En eso, también se diferencia de la izquierda, siempre más crítica y que ante determinados errores o actitudes nos ponemos exquisitos y no votamos o en su caso lo hacemos en blanco, o en el peor de los casos lo más fragmentados posible dejando a las fuerzas de las derechas extremas el campo libre: Andalucía, Madrid, Murcia… 

Soy de los que aún no se le ha pasado el cabreo por la gestión de los resultados del 28 de abril por parte de Unidas Podemos ante la situación política, social y la actitud de Pedro I “el soberbio” y el PSOE que quería un gobierno gratis total para tener las manos libres y hacer felices a los poderosos que lo están presionando. ¡¡ Sí !!, no compro el relato del PSOE de que Unidas Podemos no quería acuerdo. 

Por ello, soy de los que apostaban porque no se repitieran elecciones, por darle el gobierno al PSOE y pasar a la oposición a darles caña a estos sociatas de pacotilla, reincidentes en el olvido de la clase obrera. Echando por tierra la estrategia de los que “cuanto peor mejor” de Iván Redondo que se vende al mejor postor y asesor de cabecera de Pedro Sánchez. 

Pero, a lo hecho pecho, que la hierba no nos deje ver el bosque de la explotación, el robo, la corrupción, el ataque a la naturaleza y las políticas de PP, PSOE, Ciudadanos y Vox contra las clases populares y trabajadoras. Tengo claro, a pesar de todo, quienes son los míos: los y la que defienden la subida del salario mínimo, la garantía de una pensión digna, de un salario suficiente, del derecho a la vivienda, la salud y la educación pública y de calidad, quienes defienden la “pacha mama” (la naturaleza) y la igualdad de derechos entre el hombres y mujeres y, lo más importante, los derechos humanos. 

Y hoy por hoy, solo Unidas Podemos representan esos valores, no es tiempo de ponerse exquisitos, la historia nos lo reconocerá. 

martes, enero 22, 2019

Hace 5 años Julio Anguita y el FCSM ya lo anunciaron, Ahora sin pretextos.


CARTA ABIERTA DESDE FRANCIA al Señor PEDRO SÁNCHEZ

A 21 de enero del 2019

CARTA ABIERTA DESDE FRANCIA al Señor 
PEDRO SÁNCHEZ, presidente del gobierno español


 Señor presidente del gobierno español,

 Nos enteramos de que usted está preparando, para el 22 de febrero del 2019, una visita a Collioure (Francia), con vistas a celebrar el ochenta aniversario de la muerte de nuestro poeta Antonio Machado, Republicano donde los haya, que tuvo que exiliarse a Francia cuando la “Retirada”; él iba con su vieja madre, y murió el 22 de febrero de 1939 en un hotel de Collioure. Agotado. Por el camino, por el desgarramiento y sobre todo por la guerra que el fascismo desató contra la España republicana y de Frente popular, con la complicidad de la “no-intervención” llevada a cabo, entre otros, por los amigos de su familia política.

Señor presidente,
Esperamos de usted que haga las necesarias críticas, tajantes y explícitas, de todo ello. Don Antonio Machado escribía: “Difundir la cultura es despertar a las almas dormidas, es acrecentar el número de seres humanos capaces de espiritualidad”. El crujido del féretro de don Antonio retumba aún. Militantes y amigos siguen dejando cartas sobre la tumba machadiana.


Señor presidente,
El exilio en realidad no existe; sólo existen exilios, unas vidas quebradas, unas trayectorias personales singulares, traumáticas. Del exilio (¡no del llamado “exilio fiscal”!), señor presidente, uno muere física y/o simbólicamente. Se nos presenta su presencia en Collioure como sumamente “simbólica” e histórica. Nadie se atreverá a criticar su iniciativa. Quizás algunos “rojos” de los de hoy consideren que tras ochenta años, “ya era tiempo”. Quizás otros pícaros aludan a las elecciones venideras en España. Quizás unos cuantos le den la espalda si usted se presenta en Collioure para celebrar a Antonio Machado sin haber resuelto en su país el problema del estatuto vergonzoso del “Valle de los caídos” y del traslado de los restos del verdugo, al que se le dedicó aquel monumento fascista, hacia un lugar privado.

Señor presidente del gobierno español,
Decenas de miles de españoles vivieron el dolor del desarraigo y lo perdieron todo, excepto la dignidad y la conciencia política. Llegaron a la frontera francesa sin nada, y fueron humillados, ultrajados, zarandeados, despojados de lo poco que llevaban. Humillados por una acogida indigna, infame, “organizada” por las autoridades francesas de la “Tercera República”. Unos “centristas” que presumían ser de izquierdas dieron a los refugiados el estatuto recientemente aprobado y criminalizante, de “extranjeros indeseables” (decreto-ley del 12 de noviembre de 1938). Los dirigentes Daladier, Sarraut y Bonnet, y sus compinches, violaron con creces los llamados “derechos humanos”.

A los “refugiados hombres” se les amontonó en campos llamados de “concentración”, a cielo raso en la arena, en febrero (1939), altamente vigilados, rodeados por alambres de púa. Separando a muchas familias.
¿Piensa usted presionar al gobierno francés para que haga sin dilación una rotunda autocrítica?

Aquella humillación impuesta a nuestras familias antifascistas que se refugiaban en Francia (tras haber sido abandonadas), todavía nos duele a todos nosotros, descendientes de aquella tragedia.

¿Piensa usted pedirle a su amigo el presidente Macron que lave definitivamente aquel escarnio?

Cuidado, señor presidente, aquí no pueden caber maniobras politiqueras, ni de imagen. Ansiamos sinceridad y valor político. ¿Piensa usted declarar públicamente que la República nos fue arrebata, y que la monarquía, por no haber sido votada, resulta ilegítima?
¿Piensa usted determinarse sobre la necesidad, hoy como ayer, de una República para, entre otras cosas, defender la soberanía de un pueblo y de un país?

Además, ¿cómo piensa homenajear a nuestros guerrilleros, quienes pronto entendieron que en Francia y en España se trataba de un mismo combate antifascista, quienes fueron entre los primeros en (re)tomar las armas en nombre de una “patria de ideal”? Su aportación fue decisiva, reconocida incluso por el mismo General de Gaulle. Estos guerrilleros no vacilaron en verter su sangre en un país que les había recibido como perros.

¿Qué reparaciones del Gobierno francés por el trabajo casi esclavo en las Compañías y posteriormente en los Grupos de Trabajadores Extranjeros (CTE y GTE) de miles de Republicanos españoles? ¿Qué reparaciones y qué iniciativas para volver a recuperar a los “niños robados” por los franquistas, por las repatriaciones autoritarias de muchos Republicanos expulsados a la fuerza de Francia hacia la inmensa cárcel en que se había convertido España? ¿Qué reparaciones para los bienes que los franquistas robaron a los Republicanos obligados a exiliarse? De aquella “represión económica”, poco se habla.

Su visita, de enmarcarse en el conjunto de problemáticas que acabamos de plantear, sí que resultará “histórica”; de lo contrario, una vez más seremos “vencidos magníficos”, traicionados. Tenemos a la ética de nuestra parte, y seguiremos luchando por el reconocimiento definitivo de los crímenes fascistas, y por una República en España... Memoria, verdad, justicia, reparación.


Le saluda muy atentamente,

Jean Ortiz,
Maestro de Conferencias en la Universidad de Pau (Francia),
hijo de un Republicano manchego que tras haber participado en las grandes batallas de la Guerra de España, pasó por los campos franceses de “concentración” (campos de la vergüenza) de Argelès y de Barcarès, y más tarde fue guerrillero (Bridaga del Aveyron, donde trabajaba como minero). Mi padre murió en el exilio, español y Republicano, orgulloso de seguir siendo “rojo”.