viernes, noviembre 03, 2017

Aviso a navegantes. Encarcelar a políticos no es ninguna solución es una aberración, un ataque a la democracia y a las libertades.

A Kontrakorriente

Primero y por delante: estoy en contra de la independencia de Cataluña, creo en la unidad de la clase trabajadora en una República Federal y Solidaria, con igualdad de derechos y por la redistribución de la riqueza. Así mismo, apuesto por la ruptura del régimen del 78, que ya acordó el PCE en 1996, en el discurso que Julio Anguita dio en la Fiesta del PCE en nombre del Comité Central. Y visto lo visto, estoy por una reforma profunda de la justicia, entre otra muchas cosas.

Como comunista y demócrata estoy triste, indignado, alarmado y profundamente preocupado, creo que lo más importante que tiene el ser humano es la libertad. El encarcelamiento de los Consellers del gobierno de Cataluña es un ataque a la democracia, como creo que es la aplicación del 155. Es el encarcelamiento de un gobierno elegido en la urnas por un pueblo y un aviso a navegantes. Tanto en la forma como en el fondo, la encarcelación, con el poco tiempo de citación y la dureza de la condena deja claro que la juez actúa al dictado del un gobierno reaccionario y vengativo, que se encuentra cómodo en una situación de enfrentamiento social en el que potencia que la cara más oscura de una parte de la sociedad, de muchos de sus propios votantes, es alentar el fascismo como desgraciadamente hemos visto.

La actual situación deja claro dos cosas: por un lado, la necesidad de que para que tanto en Cataluña como el resto de los pueblos de España puedan ejercer el derecho de autodeterminación y tengan mayores cotas de auto-gobierno -desde mi punto de vista en la República Federal y Solidaria- tienen que implicarse en el estado el conjunto de pueblos y de fuerzas políticas que están por la transformación política y social, en el actual marco político y jurídico no es posible solo desde una parte; y por otro la necesidad de echar el PP y sus adláteres del gobierno y dejarlos en minoría tanto social como parlamentariamente, y eso solo se puede hacer desde la unidad de las fuerzas por la revolución democrática frente al régimen monarquismo del 78.

Si nosotros y nosotras comunistas que creemos en las libertades y en la democracia, no en la burguesa, permitimos pasivamente y sin hacer nada las consecuencias de la aplicación del 155 nos estamos pegando un tiro en el pie, pues nosotras y nosotros republicanos que estamos contra el régimen monárquico existente en España, a partir de aquí cualquier acción en este sentido de ir contra el régimen monárquico y político capitalista en España será reprimidas con dureza, lo estamos viendo con la aplicación de la Ley Mordaza y las sucesivas reformas del código penal, es un aviso.

Hemos criticado el proceso hacia la independencia en Cataluña por las deficiencias democráticas y por excluyente, por la falta de un amplio consenso social que en Cataluña es por un referéndum pactado, y sigo pensando que la solución, hoy más que nunca, es política, ni judicial ni represiva.

Por ello, estamos llamados a realizar acciones tendentes a la defensa de las libertades, de los derechos sociales, en la construcción de un proceso constituyente en el que nos dotemos de un nuevo marco Constitucional acorde con las necesidades y reclamaciones de la parte más avanzada de la sociedad española y del pueblo trabajador.


Lo primero mostrar el rechazo a la represión y a los recortes de libertades a través de movilizaciones. 

Libertad, derechos sociales y democracia. No a la represión

De mes en mes/octubre 2017
Mundo Obrero

Los partidos del régimen quieren situar la actual crisis en una clave que les favorece, en la clave territorial, evitando el debate sobre las cuestiones sociales que afectan a la mayoría social trabajadora. Así, el tema de la pobreza, los despidos de trabajadores y trabajadoras, las pensiones, la violencia machista, la corrupción con la causa al PP como beneficiario de la financiación ilegal, etc. quedan relegados a un segundo o tercer plano.

Por una parte la guerra de banderas oculta las cuestiones sociales y, por otra, moviliza a la parte más conservadora de la sociedad propiciando una recuperación parlamentaria de las fuerzas del régimen y que, como hemos visto, hace más fácil la entrada del PSOE en el Pacto de Estado para sustentar al nuevo régimen. Tras ello vendrán políticas más duras y represivas en lo social y en recortes democráticos con las que el régimen quiere consolidar su posición dominante.

Ciertamente, los pasos que dan tanto el PP y adláteres, como el PDCAT y los suyos NO son errores ni excesos, sino posiciones ligadas a intereses concretos y medidos en la autojustificación de acción, reacción, acción, que llegue a la confrontación para justificar social y mediáticamente sus posiciones haciendo al otro responsable. Mantenemos que la solución es política a través del diálogo y de un referéndum pactado. 

Como dice Alberto Garzón, lo que está en juego son las próximas generaciones. De lo que se trata es de una cuestión de libertades, de democracia y de derechos sociales, y contra el fascismo que ya sin complejos y con permisibilidad del gobierno del PP muestra su cara violenta e intolerante. 

Por otro lado, la contestación de Puigdemont y del independentismo mantiene la indefinición y tratando de trasladar la presión sobre el Gobierno de Rajoy, se sigue manteniendo la tensión en el campo del Sí o No a la independencia, aplicación del artículo 155 de la Constitución española ya en marcha, con el apoyo del PSOE, no es el mejor de los escenarios para una salida política. Y hace que quienes no estamos ni con la independencia ni con la aplicación del 155 y además queremos introducir las cuestiones sociales en esta guerra de nacionalismos, redoblemos el esfuerzo para visibilizar esta posición en la sociedad.

El Gobierno de la Generalitat y su presidente están llevando al pueblo catalán a un callejón sin salida. Abrir un espacio para la negociación solo será posible si cambian los gobiernos de Cataluña y de España. Desde el PCE tenemos una posición nítida: no somos equidistantes, estamos por el reconocimiento del derecho del pueblo de Cataluña a decidir su futuro de una forma que sea inclusiva y democrática, pero entendemos que eso no será posible por la vía unilateral y exclusiva que está practicando Puigdemont.

Ante esta situación, y ante la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española, desde el PCE apoyamos las movilizaciones que en defensa de las libertades y de la democracia se convoquen, sin que éstas sean monopolizadas ni por el nacional catolicismo de la derecha, ni por el independentismo catalán. Es necesario abrir un espacio fuera de los nacionalismos en el sentido de ganar base social y alianzas para el proyecto de ruptura, para un proceso constituyente que elabore una Nueva Constitución de forma participada desde abajo, para un Nuevo País con un modelo de Estado Federal, Solidario y Republicano.

Para la construcción de ese espacio en la edificación de un nuevo país, de una nueva sociedad hay que trabajar desde la propuesta rupturista, porque no puede haber una salida de la crisis en favor de la clase obrera y capas populares sin una ruptura con el marco constitucional existente, para ello hay que situar las cuestiones sociales y de la defensa de derechos en la agenda, a través de la visibilización de los conflictos, de nuestro trabajo en ellos, mostrando la contradicción entre el capital y el trabajo.

Creemos necesario, para ello, elaborar una propuesta que no sea de máximos y que deberían formar parte del debate sobre la reforma de la Constitución, desde la eliminación del artículo 135 de la Constitución, pasando por la inclusión de los derechos sociales, trabajo, vivienda, etc., como derechos fundamentales exigibles por ley, igual que el reconocimiento del carácter plurinacional del Estado y la resolución de las tensiones territoriales desde el diálogo y la consulta popular, son propuestas que pueden abrir el debate con los colectivos sociales, políticos y sindicales para ir elaborando esta oferta que conecte con la gente.

El Rey, que se ha posicionado a favor de la salida más autoritaria de las posibles, ha vuelto a situar a la monarquía como parte del problema y no de la solución. Está realidad se puede agravar en los próximos días. La monarquía, como hemos venido diciendo, es el paraguas bajo el que se cubren las políticas de recortes de derechos y libertades. Por ello, nuestra propuesta y para lo que trabajamos -y en ello debemos profundizar nuestras acciones- es por la República Federal y Solidaria, para evitar el cierre de esta crisis de régimen con una regeneración del régimen monárquico.

Por la República Federal Democrática y Solidaria

De mes en mes/septiembre 2017
Mundo Obrero

Este artículo fue redactado el 19 de septiembre de 2017, destinado a la edición impresa del mensual de Mundo Obrero
Vivimos un conflicto político e institucional entre el gobierno del Estado (PP con el apoyo de C´s y con algún matiz el PSOE) y el gobierno de la Generalitat (JxSI y ERC, apoyado por las CUP), un conflicto que adquiere su crudeza por el encaje territorial de Cataluña en España. Un conflicto cuya solución no cabe en el actual marco jurídico y constitucional y que tiene que tener el diálogo y la negociación como base fundamental para su solución.

La actual situación de polarización entre el nacionalismo españolista y el independentista catalán con declaraciones altisonantes y enfrentamiento social quiere situar el marco político entre estas dos posiciones. Esta visión está distorsionada pues hay más posiciones en el debate como es la federalista, a la que atacan y que no quieren que se visualice en el debate.

Ante todo esto, hay que recordar que el PCE lanzó en 2009 la consigna de trabajar para un proceso constituyente como expresión de la revolución democrática que necesitamos. Partíamos del análisis de que dentro del Régimen del 78 era imposible una salida de la crisis que no fuera favorable a las clases dominantes, y analizamos que la realidad del capitalismo en España se constata por los millones de personas sin trabajo, la precariedad laboral, la reducción de salarios, la exclusión social, con millones de personas en la pobreza o en el umbral de la pobreza, las miles de familias expulsadas de sus casas, el desmantelamiento de los servicios públicos, el aumento de la desigualdad social y la eliminación o el retroceso de los derechos laborales, sociales y políticos.

Añadíamos que para poder construir un nuevo país tenemos que romper con dos corsés: la UE y el euro, y el Régimen del 78. Recuperar la soberanía y realizar la ruptura democrática con los marcos que impiden cualquier proceso de transformación social al servicio de los trabajadores y trabajadoras y el pueblo. Frente a restauración borbónica, decíamos, ruptura democrática republicana. Frente a regeneración, revolución democrática.

Tras el análisis llegamos a dos conclusiones. Por un lado, tenemos que dar prioridad absoluta a la lucha social, conseguir que las políticas antisociales y autoritarias tengan una respuesta en la calle, que el sistema no consiga imponer una paz social. Y por otro, es que desde la movilización y sobre acuerdos programáticos tenemos que construir la unidad popular y un programa sobre el que se forjen las alianzas políticas y sociales que permitan aglutinar un bloque que realice la revolución democrática y construya un nuevo país en torno a tres pilares básicos: soberanía, derechos y trabajo garantizado.

Por lo tanto, planteamos un proceso constituyente que suponga una ruptura con la situación económica, social e institucional que ha sustentado al sistema monárquico desde 1978 y que nos lleve a una nueva Constitución desde la democracia participativa; planteamos la necesidad de conseguir una respuesta conjunta de las fuerzas sociales, políticas, sindicales y ciudadanas que consideramos necesario superar el agotado y carcomido Régimen del 78, como paso imprescindible para construir un nuevo modelo de sociedad, más justa, igualitaria, democrática y social, y hacerlo desde un marco institucional en el que los pueblos puedan tener el derecho a determinar su futuro en libertad, con una democracia, que entregue el poder real a la ciudadanía, que ponga en valor la vida de las personas, que permita poner la economía y los recursos del Estado al servicio de la mayoría que ha sufrido las consecuencias de la crisis. En definitiva, frente al objetivo de la reforma, el nuestro es plantear una ruptura con el actual estado de cosas para conquistar, desde la sociedad y desde las instituciones, el derecho a realizar un proceso constituyente abierto a la participación popular.

En ese proceso constituyente y el marco de la nueva Constitución, planteamos la construcción de un Estado federal y plurinacional sobre la voluntariedad de los pueblos de España. Hablamos de una forma de Estado que garantice y blinde los derechos sociales de los trabajadores y trabajadoras, a la vez que proteja los derechos nacionales y regionales, incluidos el derecho a la autodeterminación y que ensanche, a la vez, la participación ciudadana.

Es en este marco es en el que situamos la lucha por la República Federal de trabajadoras y trabajadores de todas las clases, ofreciendo una visión de conjunto y un proyecto estratégico de transformación común, capaz de realizar el conjunto de reivindicaciones populares. La necesidad de una profunda radicalidad democrática, el respeto a la realidad plurinacional que conforma España y la igualdad básica de todas las personas, configuran esa aspiración de una República federal solidaria de orientación socialista. Una República que sea el resultado de un nuevo y realmente democrático proceso constituyente, es decir el resultado del ejercicio de autodeterminación de la ciudadanía y los pueblos, compuestos ambos sujetos mayoritariamente por la clase trabajadora.

Un Estado federal. Consideramos que el federalismo hace posible una profundización de la democracia y de la participación ciudadana, el autogobierno local y regional, la cooperación y la solidaridad interterritorial, el respeto y la integración de diferentes identidades, la compatibilidad entre autodeterminación y pertenencia a una organización política común. Nuestra propuesta federalista edifica la organización política sobre la idea de pacto y negociación multilateral. El Estado federal permite que cada unidad federada preserve su identidad y comparta y se enriquezca con otros aspectos en el seno de la nueva comunidad. La Constitución Federal, debe recoger la participación de las unidades federadas en la conformación de la voluntad estatal. Esta participación, así como su autonomía legislativa, constituyen elementos esenciales del tipo de autonomía política presente en este tipo de organización territorial.

La reivindicación y defensa hoy del principio democrático de la libre determinación es necesaria especialmente en relación a los derechos democráticos y sociales, por cuanto son éstos los que están siendo liquidados por el capitalismo global. Es esencial que la ciudadanía y la mayoría social trabajadora en el conjunto del Estado, desde una perspectiva social y de clase, ejerza el derecho a decidir en defensa de sus derechos políticos, sociales y laborales.

Defendemos un modelo de Estado que permita acomodar el pluralismo de identidades, capaz de tener un discurso común donde se reconozca la diversidad; un Estado plurinacional no únicamente en el sentido de que suponga unir varias naciones sino también porque permite la convivencia en el mismo territorio y en la misma comunidad de personas que tienen concepciones distintas sobre la nación a la que pertenecen y que mantienen distintos sentimientos de identidad. Sólo un Estado que admita que en su seno pueden convivir varios sentimientos de identidad nacional, puede dar satisfacción a ciudadanos que plantean de diversa forma la nación. Sólo un Estado que profundice en la democracia a través del autogobierno territorial en todos los niveles es capaz de manejar con soltura los inevitables conflictos de identidad y convivencia y de resolverlos a través del diálogo y el consenso.

Sobre todo ello enmarcamos nuestra estrategia política.

En definitiva, un nuevo marco constitucional que garantice los derechos de la clase trabajadora y de las clases populares y que tenga como modelo de Estado la Republica Federal Democrática – en el sentido que la población tenga las necesidades básicas cubiertas- solidaria, plurinacional, pluricultural, multilingüística- todo ello desde la prioridad de la perspectiva de clase.

Desde nuestro reconocimiento al derecho de autodeterminación, tal y como lo hemos expresado, el PSUC viu y el PCE hemos planteado que éste no es el referéndum que hoy necesita Cataluña pues divide y enfrenta a la clase trabajadora, no tiene una hoja de ruta clara posterior al 1-O, no prioriza los aspectos de clase, no se contemplan otras opciones como la federal, ni el suficiente consenso social. Este proceso no tiene, para nosotros, las suficientes garantías democráticas, de participación, no nos referimos a las jurídicas del marco constitucional del 78, sino a las de un proceso participativo desde abajo.

Apostamos por la resolución política del conflicto, el diálogo y la negociación. Por tanto condenamos la actitud intransigente y represiva del gobierno del PP, condenamos los ataques a los derechos y las libertades, de reunión, expresión, la persecución de cargos públicos y todas aquellas acciones que menoscaban derechos. Ésta es una espiral peligrosa en la línea que a Rajoy le gusta imponer “su legalidad” y las dos varas de medir a las que nos tienen acostumbrados para conservar un régimen que mantenga la acumulación capitalista y los privilegios en favor de una minoría. Es urgente ponerse manos a la obra para desalojar al PP y a Rajoy del gobierno.

Denunciamos que las amenazas, insultos y otras actitudes frentistas en nada favorecen el necesario clima para que el 2-O la izquierda sea cual sea su definición: republicana, independentista, libertaria, socialdemócrata, comunista, socialista, etc. podamos trabajar en pos de una nueva Constitución en la que quepan todas las aspiraciones de las clases populares y los territorios del Estado.

Estaremos frente a los ataques a la democracia y las libertades, estamos en la defensa de las inquietudes de la población de Cataluña y de los pueblos de España.

Mundo Obrero, un periódico de su tiempo

Publicado en MO en agosto de 2017. 

87 años, que se dice pronto, cumple Mundo Obrero este 23 de agosto (2017). MO es en la actualidad el decano de la prensa de partido escrita, la historia de nuestro periódico es la de una parte de este país, de la izquierda, de las luchas, sufrimientos y éxitos de la clase trabadora y el pueblo. 

En estos años, hemos padecido persecución, se ha secuestrado el periódico, ilegalizaciones, se han producido encarcelamientos e incluso muertes por distribuir el periódico, hemos cambiado la periodicidad (diario, mensual, semanal) y el formato (revista), hemos sufrido problemas económicos y políticos, pero aquí seguimos dándole visibilidad a los problemas y las luchas de la mayoría social trabajadora, a las ideas republicanas y a la construcción del socialismo del siglo XXI. 

MO ha sido y es un periódico de su tiempo, el tiempo que le toca vivir en cada época, así desde la edición en papel y desde la edición digital -y ahora con Radio Comuna colaboramos en un proyecto de radio- trabajamos por un modelo de sociedad y de país diferente en el que las clases populares y trabajadoras sean las protagonistas y puedan decidir su futuro, remamos para construir la III República y luchamos contra el régimen monárquico corrupto y explotador. 

Trabajamos por el Socialismo en el Siglo XXI tomando como referencia las experiencias de la Revolución Socialista de Octubre en Rusia para aplicarlas a la realidad actual. Para un partido fuerte y organizado, capaz de estar a la cabeza de las trasformaciones en este país. 

En este marco político, social e internacional nuestra labor es la de informar, formar y organizar en torno a las propuestas transformadoras, revolucionarias y del socialismo a la militancia, a simpatizantes y a la mayoría social trabajadora; es en este sentido en el que nos implicamos en la batalla de la ideas, en la lucha ideológica en la que se encuentra la sociedad actual. 

Somos conscientes que esta titánica tarea no podemos hacerla solos, por ello llamamos a la colaboración con MO a la militancia, simpatizantes, dirigentes y a quienes, como nosotras y nosotros, luchan por un mundo diferente posible y necesario colaborando en su difusión, en la realización de un periodismo ciudadano comprometido para dotarlo de contenidos, en esta tarea las agrupaciones del PCE y los colectivos antagonistas con el régimen monárquico español son elementos importantes. 

87 años constituyen la experiencia de un medio de información alternativo que ha llegado hasta hoy gracias a la colaboración de muchas mujeres y hombres, comprometidos con la otra información que no dan los medios del régimen monárquico y liberal burgués, que han entregado sus conocimientos y su tiempo y lo hacen día a día para qu