martes, noviembre 15, 2016

Frente a la precariedad, un nuevo relato alternativo por el empleo y una vida digna

De mes en mes/octubre 2016
Mundo Obrero

Estamos en un momento en el que la crisis de régimen ha dado un vuelco con la revuelta en el PSOE que se ha saldado con la “dimisión” de Pedro Sánchez de la Secretaría General del PSOE -revuelta en la que Felipe González, adalid del neoliberalismo, ha tenido mucho que ver-, en pos de una salida a la crisis de gobernabilidad que los partidos del llamado bipartidismo no están sabiendo solucionar.

En estos momentos se está decidiendo cómo se resuelve la crisis de gobierno. La contradicción fundamental está entre la posibilidad de que se forme un gobierno desde la coherencia de los programas que se presentaron a las pasadas elecciones o que se configure un gobierno contra-natura en base a un pacto del PSOE y PP que permita la continuidad de Mariano Rajoy como Presidente del Gobierno y todo apunta a que en los próximos días la salida será por esta última opción. Una vez más se consumará la traición del PSOE a la clase obrera de nuestro país.

Frente a las campañas mediáticas que defienden el “Pacto de Estado” Felipe G.-Margallo por el que el PSOE mantendría a Mariano Rajoy en el Gobierno, y que a la vez tratan de desacreditar la posibilidad constitucional de un gobierno alternativo al PP, hay que poner de manifiesto que en las elecciones de junio de 2016 la mayoría de votos, en función de las propuestas programáticas, fueron contrarios a las políticas del Partido Popular y que por ello, en estos momentos, existen en el Congreso suficientes escaños para recuperar los derechos civiles, sociales, laborales que el PP recortó en la pasada legislatura. Obvio recordar que frente al sentimiento autocrático de estos medios y mensajes el PP no ganó las elecciones para gobernar; la mayoría del Parlamento, que es quien elige al gobierno, es contrario al PP.

En el día de hoy existen más de 176 diputadas y diputados que se han comprometido con el electorado a derogar las reformas laborales del Partido Popular, la LOMCE, la ley Mordaza, etc., que hay mayoría suficiente para abrir una Comisión de Investigación parlamentaria que llegue al fondo de la financiación del PP, que cada vez es más evidente fue irregular. Otra cosa es que el golpe de palacio en Ferraz cambie el sentido del voto de los electores socialistas, cuestión grave y que debe afectar a la credibilidad de la socialdemocracia o social liberales que gustaba decir a Zapatero.

En el momento en que cada partido tiene que decidir sobre qué posición toma, el aparato del régimen, los poderes económicos, mediáticos y la monarquía, con Felipe González a la cabeza, han perpetrado una situación de crisis en el PSOE y con ella se pone de manifiesto cómo las fuerzas del régimen están dispuestas a todo, incluso explosionar partidos, para crear las condiciones necesarias con las que hacer posible un Gobierno a su medida, un gobierno de las fuerzas del régimen que consolide los recortes y ajustes realizados por Mariano Rajoy entre 2011 y 2015 y oculte la corrupción que ha sufrido el Estado durante más de 20 años.

Todo lo anterior demuestra que se ha minusvalorado la capacidad del régimen bipartidista monárquico para su recuperación. Desde el PCE hemos teorizado que hay que pasar del asalto a los cielos a una etapa de asedio al régimen, para ello es necesario que no se imponga la paz social, que el régimen necesita para recomponerse, y esta acción debe estar protagonizada por quienes sufren en mayor medida los efectos de esta estafa llamada crisis. Es desde el movimiento obrero, desde la juventud y la mujer los que están llamados a este nuevo empuje para construir un nuevo país, como un primer paso para poner fin a una etapa de recortes y ajustes y recuperar lo que con la excusa de la crisis se le ha robado a la clase obrera y las capas populares.

Hay que seguir denunciando que los gobiernos no los pueden dominar quienes no se presentan a las elecciones y tratan de mover los hilos para conseguir gobiernos sumisos a los intereses de quienes quieren seguir manteniendo sus privilegios a costa del sufrimiento de la mayoría de la población.

Por ello hay que poner en marcha una ofensiva, una propuesta por los derechos de la mayoría social. Estos derechos son contrarios a las políticas de precariedad que nos imponen a la clase trabajadora los gobiernos, núcleo central de sus políticas, puesto que nos dan lo justo para subsistir e hipotecan a la mayoría social a la realización de jornadas laborales del siglo XIX para poder sacar adelante a las familias con unos salarios y unas condiciones laborales deplorables, llevando a una parte importante de la población a la pobreza y la exclusión. Esta iniciativa tiene que ir contra estas políticas y a favor de un empleo y una vida digna.

Finalmente, desde el PCE creemos que es el momento de ilusionar a la mayoría social, de que es real la posibilidad de conseguir cambiar las cosas desde la lucha social y el trabajo institucional. Para ello estamos comprometidos con la construcción de un relato alternativo de futuro al que nos quieren imponer desde los partidos, los medios y los voceros del sistema. Se trata ahora de que cada organización y colectivo en el ámbito de sus competencias sea capaz de asumir sus responsabilidades. Ahora más que nunca es necesario abrir un proceso constituyente que pueda construir un proyecto de Nuevo País.

No hay comentarios: