miércoles, octubre 15, 2014

Método a la española

De mes en mes/octubre 2014

En estas semanas hemos leído y oído las previsiones del FMI y las del gobierno sobre las perspectivas económicas mundiales y de España. En este baile de cifras que nos confunde y nos aturde al común de los y las mortales, hay un argumento que hemos oído durante décadas la mayoría social trabajadora y es el de la moderación salarial mediante la cual se sistematiza el aumento de los beneficios empresariales. El ataque a la negociación colectiva de la reforma laboral del PP tiene mucho que ver con la reducción salarial y de los costes de producción para incrementar los beneficios de las empresas, que no la generación de empleo.

Las voces contra esta situación no solo vienen del interior del país. Guy Rider secretario general de la OIT, además de criticar la reforma laboral del PP, ha manifestado lo negativo para la economía española que es seguir en la senda de reducción salarial “no creo que sirva para nada bajarlos más (los salarios), hay falta de demanda (de consumo interno), la solución no pasa por ahí” y añadió que los salarios hay que “ligarlos a la productividad” y no a la competitividad.

El gobierno del Partido Popular, alumno aventajado de Merkel, sigue de forma consciente con las políticas de la troika de precariedad laboral y bajos salarios como motor de desarrollo del capitalismo español. Todo ello sobre las espaldas y el sufrimiento de la mayoría social de este país. El director de la oficina económica del gobierno, Álvaro Nadal, ha insistido en la moderación salarial amenazando con un 24% de paro. ¿Pero si con las políticas de moderación salarial y precariedad laboral actuales estamos en el 24,5%, a dónde nos lleva seguir esta peligrosa senda? Y todavía ha ido más allá y a este modelo social y económico Nadal lo ha denominado “método a la española” para definir las políticas que han llevado a esta extrema situación de la población española.

Vayamos pues a ver las características del método a la española, según los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) difundida por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en mayo de 2014: “El 20,4 % de la población española, uno de cada cinco habitantes, vive por debajo del umbral de la pobreza, frente al 20,8 % de 2012, un descenso que no responde a una mejora de la situación sino que se explica porque al disminuir los ingresos de la población también lo hace el límite que marca el riesgo de pobreza”.

Y el porcentaje de la población española que vive en riesgo de pobreza se eleva hasta el 27,3 % si se utiliza el indicador AROPE (siglas de At Risk Of Poverty or social Exclusión) que es el que figura en la estrategia Europa 2020 de la Unión Europea. Este indicador, además del riesgo de pobreza, tiene en cuenta la baja intensidad de empleo en los hogares y la carencia material severa, como no poder comer carne, pollo o pescado cada dos días, no poder calentar la vivienda, no poder tener coche, lavadora o teléfono, o no disponer de 650 euros para gastos imprevistos, ni poder ir de vacaciones, entre otros factores.

Continuando con la información del INE, en 2013 los ingresos que marcan el umbral de pobreza de una persona se situaron en 8.114 euros, y en 17.040 para los hogares compuestos por dos adultos y dos menores, frente a los 8.321 y 17.473 euros, respectivamente, de 2012. En 2013, el 38% de las personas que vivían en hogares formados por un adulto con hijos dependientes a cargo también estaba en riesgo de pobreza. En el caso de los parados el riesgo de pobreza afectaba al 39,9% mientras que en los ocupados se reduce al 11,7%. Una situación que lejos de mejorar se consolida, así más de 700.000 familias no tienen ningún ingreso mensual y otras viven con 600 euros en el mejor de los casos. El 33% de la población infantil está en riesgo de pobreza y el paro de larga duración aumenta un punto respecto al año anterior y se sitúa cerca del 14%.

Así mismo los datos de paro no marcan una tendencia en positivo, por más que el gobierno se empeñe en vendernos que estamos en la senda de la recuperación, pero lo que no dice es que es la senda de la recuperación de los beneficios de los que de verdad mandan en este país, el IBEX 35. El FMI sitúa una reducción del paro en 2019 sobre el 18,5%, respecto al 24, 5% actual, datos del II trimestre según la EPA.

En agosto el paro juvenil –según el INEM- se sitúa en el 57% y el femenino supera al masculino en las personas mayores de 25 años. Así mismo, el paro aumenta pasado el periodo estival, situándose en 4.447.000 parados y paradas, donde sólo un tercio cobra prestación y sólo el 60% de las personas paradas tiene cobertura de desempleo. Este es el resultado del “método a la española” que Nadal nos dice que hay que continuar.

Más allá de las cifras macroeconómicas está la economía micro, la que describe de forma clara la situación de las personas, más allá de las cifras y datos estadísticos. Pienso que mientras exista una sola persona con voluntad de trabajar y que no pueda, un joven sin la seguridad de tener un futuro digno, una mujer explotada doblemente, un niño sin comer, una familia sin techo, una persona parada sin prestación, una dependiente sin recursos, un ser humano sin prestación sanitaria de calidad, una educación con igualdad de acceso para todas, vivimos en una sociedad fallida por culpa de unos responsables, lo que Manolo Monereo llama “la trama”.

Frente a esta situación no nos queda otra que romper su “paz social”, revolucionar las conciencias y a las gentes. Del 24 al 29 de noviembre tenemos otra oportunidad de dar un bofetada al poder, a la trama, trabajando para que la semana de lucha convocada por las Marchas de la Dignidad sea un éxito en apoyo social y en lucha política por una vida con dignidad.

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