sábado, febrero 18, 2012

A la calle que ya es hora, a defender nuestros derechos y los de nuestros hijos e hijas.



18 de febrero, 2012. Lo llevo viendo varias semanas, la prensa del régimen neoliberal está realizando un ataque brutal a las organizaciones sindicales que han convocado, para mañana domingo 19 de febrero, la movilización contra la reforma laboral de Rajoy, la del despido. A sabiendas que es mucho lo que se juega ante la UE y esos entes llamados mercados, que son son otra cosa que especuladores y banqueros. 
  
Los argumentos son infantiles pero que calan en una parte de la población, sintomáticamente algunos coinciden con los de una ultraizquierda como son: los salarios de los sindicalistas, las subvenciones a los sindicatos, que no han hecho nada por los parados.

Tiene bemoles que sea Cospedal Secretaria General del PP, la que cobra tres sueldos, la que diga que los sindicatos no hacen nada por los parados y que son el partido de los trabajadores, pero tiene más narices que una parte importante  de trabajadores y trabajadoras se lo traguen. ¿Cómo se puede decir sin sonrojarse que facilitando el despido se contrata más? ¿Como se puede decir que se defiende al trabajador quitándole la única arma que tiene frente al empresario? ¿A quien defiende el gobierno de Rajoy si la reforma del despido la ha hecho al dictado de la patronal más casposa y reaccionaria de Europa?

Frente a esta actitud de nuestros enemigos de clase –por que esto es una lucha ideológica y de clase- podemos tomar dos actitudes. Reírle la gracia al explotador y su gobierno títere, aquí no me busquen. O más movilización, que la de mañana sea el reflejo del rechazo y del cabreo que sentimos, que al PP se le caiga el discurso y los palos del sombrajo.

A la calle que ya es hora, a defender nuestros derechos y los de nuestros hijos e hijas. 

viernes, febrero 03, 2012

De la indignación a la rebelión


Mundo Obrero/ febrero 2012
De mes en mes.

Al cierre de este número de Mundo Obrero están reunidas en Davos las personas más influyentes del planeta -no es casual que sean los representantes del mundo capitalista en crisis-, dicen que para potenciar el crecimiento y para resolver los  problemas de la crisis. Y la pregunta es obligada: ¿los problemas de quién? ¿acaso de las poblaciones de los países? No parece que ese sea su interés, puesto que la vista sigue puesta en los mercados y en la solución de la deuda que los gobiernos deben a los especuladores y los bancos, vamos los llamados mercados, esos entes sin rostro ni entidad física que gobiernan las economías del mundo en contra de los intereses de la humanidad.

Los trabajadores y los ciudadanos no esperamos mucho de esta panda. En otras cumbres ya nos han deslumbrado con grandes declaraciones de no menos grandes objetivos que se han quedado en una mera declaración altisonante para la galería. Así, desde el vamos a refundar el capitalismo de Sarkozy a las de estos días de relanzar la economía y el crecimiento, han pasado millones de parados, aumento de los pobres del mundo, millones de millones de euros trasmutados hacia las arcas de especuladores y banqueros y este robo se realiza con la complicidad de los gobiernos. Pues para los ciudadanos quisiéramos las facilidades que el Banco Central Europeo da a la banca: esto es dinero al 1% para que ésta compre deuda a los gobiernos al 3%. En estas condiciones los hipotecados pueden renegociar sus hipotecas y evitar los desahucios, que según la Plataforma de apoyo a los hipotecados se prevén en mas de 600.000 en los próximos meses. Pero esto, junto al desempleo, es uno de los dramas sociales que los neoliberales y social liberales no están dispuestos a solucionar, puesto que es tocar la “sensibilidad” de sus amigos los banqueros.

Los datos del paro del año 2011, según la EPA, demuestran lo   erróneo de las políticas neoliberales que siguen las recetas del FMI y de las propuesta de la patronal retrograda y reaccionaria. 2011 se cerró con la cifra récord de 5.273.600 personas desempleadas. Durante 2011 se destruyeron más de 600.000 puestos de trabajo, más del doble que en 2010. El paro alcanza el 22, 85%. Uno de cada cuatro puestos de trabajo destruidos en el cuarto trimestre de 2011 en el sector público. La tasa de desempleo entre los y las jóvenes de hasta 30 años se acerca al 50% (48,5%).

Se ha roto la barrera de los cinco millones de parados/as, más de 1.500.000 hogares tienen todos sus miembros en desempleo y sin ningún tipo de ingresos, los subsidios y prestaciones se agotan, la pobreza y la miseria llega a las clases medias, en definitiva se agranda la brecha social entre pobres y rico, además de abrirse otras nuevas entre las clases sociales europeas y españolas. La movilizaciones de repulsa y en respuesta a esta situación son aun incipientes, la rebeldía no debe de tardar de mostrarse porque si no es así, el empobrecimiento de la humanidad llegará a limites irresolubles.
Y siguen sin caer del burro. Los economistas y las fuerzas sociales y políticas de izquierdas lo llevan diciendo hace mucho tiempo: con recortes no se sale de la crisis, hay que ir a buscar el dinero donde está, en las grandes fortunas, en los rendimientos del capital y en la banca canalla y usurera. Esa banca que además de generar la crisis se está convirtiendo en el mayor problema del siglo XXI para el futuro de la humanidad.

Europa debate su futuro, los cambios propuestos en los tratados no tienen el objetivo de facilitar la vida a los ciudadanos de la Unión, sino cómo mantener un euro moribundo y una política económica fracasada y que no da respuesta a las necesidades de las poblaciones como son el empleo, la vivienda, la protección social y unas condiciones de vida dignas. Más bien parece la gestión de un gran consejo de administración de una Europa-empresa, o en el peor de los casos un banco.
Pero lo peor es que la mayoría de las poblaciones han asumido esta farsa de la solución a la crisis, de la necesidad de los sacrificios que siempre los hacemos los mismos: la clase trabajadora y la mayoría social, mientras las clases pudiente se van de rositas -en España gobierne el PP o el PSOE- y no se les aplica de forma corresponsable con el mismo esfuerzo que se les pide al resto de la sociedad.

El cierre de este número se ha presentado movido y tanto el tema de la cumbre de Davos, los datos de desempleo como el acuerdo de la patronal y los sindicatos sobre los salarios y la negociación colectiva los abordaremos con más profundidad en el próximo número. En todo caso avanzamos alguna opinión sobre el acuerdo patronal-sindicatos: el recorte de los salarios no es una solución que vaya a mejorar nuestra economía, puesto que va en sentido contrario de generar un revulsivo al consumo y por tanto al empleo, en todo caso, un alivio para la patronal para mantener su nivel de beneficios.

Nos hemos indignado, hemos visto que con indignarse no basta, hay que rebelarse puesto que es la primera toma de conciencia del compromiso con el cambio. Pero no basta, esta situación necesita un giro o revolución (ah bonita palabra, debe pasar de ser el nombre de una hipoteca a un estado de animo de la sociedad frente al capitalismo). El diccionario de la RAE dice que revolución es: Acción y efecto de revolver o revolverse.  Cambio violento en las instituciones políticas, económicas o sociales de una nación.  Inquietud, alboroto, sedición. Cambio rápido y profundo en cualquier cosa. Todas estas afecciones tienen vigencia en el estado de ánimo en el que se encuentra la clase trabajadora que no aguanta mucho más y a la que hay que encontrar el camino de salida, y ese no puede estar dirigido por los actuales gestores de la crisis. La explosión social -cuando se dé- no puede ser favorable al fascismo, debemos evitarlo y para ello los comunistas y la izquierda tenemos que resituarnos en tiempo real, en la nueva realidad que nos reclama la mayoría social. Hay que repensar los discursos y las propuestas en el contexto de la profundidad de la crisis y de la incompetencia de los gobiernos, mirar a Europa a los ojos y decirle: así no.

Una de las cuestiones a abordar debe ser la importancia que adquiere la información y la comunicación. Esa batalla también la van ganado la iglesia y la derecha política y económica, así que es para nosotros una prioridad si queremos inclinar la actual situación de la lucha de clases.

El PCE se ha puesto manos a la obra, ha convocado una conferencia política para el mes de junio de este año. Vamos a actualizar nuestro compromiso con la clase trabajadora para plantear la batalla ideológica y política al neoliberalismo en la actual lucha de clases.

Otra política es posible, un PCE para la lucha



De mes en mes/enero 2012

Cuando al inicio de la crisis muchos la negaban o intentaban ocultarla, el PCE ya anunciaba unas de las consecuencias de la situación que se podía dar: "que no te hagan pagar la crisis" decía el lema de la campaña. Hoy vemos como la carga de la crisis se está realizando sobre los hombros de los y las que no la han creado, y esta situación es asumida por una parte muy importante de la sociedad que considera la crisis una plaga bíblica por los pecados del capitalismo que hay que sufrir porque no hay alternativas. A esto ayuda la propaganda de los medios de comunicación del sistema capitalista. 

Medios de comunicación que se han convertido en trasmisores de un mensaje comercializado para la manipulación colectiva de conciencias y que asumamos como algo inevitable los recortes. Esta no es otra cosa que una batalla ideológica, la lucha de clases que van ganado ellos. Habría que hacer algunas consideraciones a estas cuestiones pues no están lo suficiente expuestas en estos medios supeditados a la publicidad del consumismo superlativo en el que se ha sumido la humanidad, sumida a la vez en una crisis de modelo de civilización (ahora hasta lo dicen ellos).

El porqué de la crisis, hay que insistir hasta la saciedad y mas allá, que se produce por la especulación del sistema financiero y el colapso de un modelo de capitalismo de casino, no por la situación del mercado laboral válida hasta el estallido de la crisis, o por el estado del bienestar sustentable hasta la caída de Leman Brothers o por el excesivo gasto de los estados, sino porque los estados fueron los que rescataron (eufemismo para decir que se les salvó de la quema con dinero de todos) a los bancos y los especuladores. Un ejemplo: la deuda pública de la UE en 1999 había caído del 72% en 1999 al 67% en 2007.

Los recortes para reducir el déficit, sacrosanto mandamiento neoliberal, han empeorado la situación en vez de aliviarla: altos índices de desempleo, aumento del número de pobres, recortes en derechos conseguidos durante muchos años de lucha obrera y social, a la vez que ha empeorado la llamada crisis de la deuda; las medidas de austeridad han conducido al derrumbe económico en la UE. Hasta Unicef ha advertido que los "impactos irreversibles" de los llamados recortes salariales, del aumento de impuestos a la mayoría social, y la reducción de prestaciones y subvenciones porque golpean especialmente a la población más vulnerable especialmente a la infancia.

OTRA POLITICA ES POSIBLE para construir otra sociedad y un modelo económico y social donde el ser humano sea el centro de las actuaciones y no la cuenta de resultados de la banca. Esa propuesta política la hemos visto y escuchado en España en el parlamento, tras las elecciones del 20 de noviembre, en el que IU en coalición con los verdes y otras formaciones nacionalistas de izquierdas han entrado con fuerza. Cayo Lara portavoz del grupo de la Izquierda Plural anunció las alternativas a las políticas neoliberales realizadas por el anterior gobierno y por las que expresó el ya Presidente del Gobierno Mariano Rajoy (y que se pueden en MO digital http://www.mundoobrero.es/pl.php?id=1567&sec=1&aut=152).

La batalla ideológica y la lucha de clases fue una de las cuestiones transcendentes que se expresaron en la tribuna del acto del 90 aniversario del PCE, que ampliamente desarrollamos en este número, por José Luis Centella Secretario General (del que publicamos una importante entrevista), que llamó a la unidad del partido para afrontar la batalla contra el neoliberalismo, el imperialismo, por la III Republica y para organizar esta lucha con la máxima alianza social: 90 años y tenemos futuro.