jueves, mayo 10, 2012

Por los derechos de la clase trabajadora

Celebramos este Primero de Mayo en el marco de la mayor agresión a la clase trabajadora y a la humanidad desde la II Guerra Mundial. La crisis –fraude- que han generado los especuladores internacionales –esos que algunos llaman los mercados- le está sirviendo al capitalismo como excusa para desmantelar el débil Estado del Bienestar conseguido con años de lucha. En España el gobierno del PP sigue la estela del PSOE y aplica las políticas de ajuste y recortes dictadas por las instituciones financieras internacionales y los oráculos del “dios mercado” que, por más medidas que se aplican, buscan una vuelta de tuerca que apriete la, ya de por si, difícil y dramática situación de la población.
Para que el capitalismo siga con el nivel de beneficios insultante de la etapa de bonanza, en esta crisis -según los gurús de la economía neoliberal- tiene que realizarse la reducción de salarios. Los gobiernos al dictado de la doctrina ideológica neocon están aplicando las reformas necesarias para ello: en España la recién aprobada reforma laboral.
Con la modificación por decreto del marco de las relaciones laborales, además de bajar los salarios, se reduce la negociación colectiva, se retrocede en la lucha por la igualdad de la mujer en el trabajo y se retrotrae a situaciones de los tiempos oscuros de nuestra historia reciente en los que se situaba a la mujer en la casa y “con la pata quebrada”.
El aumento de la precariedad empeora las condiciones de trabajo, aumenta los accidentes y genera la competencia entre los trabajadores. Facilitando el despido se potenciará el ejército de reserva de parados, y da un poder al empresario que no hubiera soñado ni en los tiempos del franquismo.
Ante el aumento de la contestación social, el gobierno del Mariano Rajoy va a modificar el código penal hacia medidas de corte fascista. En estos momentos de aguda crisis social y económica, el gobierno del PP da una nueva vuelta de tuerca a las políticas represivas criminalizando la protesta social y la disidencia, a cuyo efecto endurece el código penal a golpe de titular periodístico. Así el gobierno pretende tipificar como delitos de terrorismo los incidentes ocasionados en manifestaciones, teniendo como única prueba de tales hechos las meras declaraciones de agentes policiales, estableciendo un mínimo de 2 años de cárcel para estos nuevos delitos. Equiparar la legítima protesta social a “kale borroca” o guerrilla urbana, como ha dicho el ministro de interior, pone de manifiesto no sólo el autoritarismo de este gobierno, sino su clara voluntad de impedir a cualquier precio la protesta social, incluso llenando las cárceles de manifestantes.
En este contexto el gobierno del PP ha aprobado los presupuestos más regresivos de nuestra historia democrática, con el único apoyo de UPN y Foro Asturias, los presupuestos que han comenzado el desmantelamiento económico, social y democrático de la sociedad española. Y estos presupuestos se presentan cuando el 22% de los hogares español viven por debajo del umbral de la pobreza y 5.270.000 personas están desempleadas en España. Aumenta la brecha social hasta límites que ya son insostenibles humanamente empobreciendo a la población para conseguir su sumisión.
Estos presupuestos son injustos porque dedican a gasto social un 4,3% menos que en 2011.El gasto en protección del desempleo desciende un 5,5%, pese a que el mismo Gobierno reconoce un importante aumento del paro. Hay un 21,9% menos para educación y un 15,1% menos para cultura. Sin embargo, a la Iglesia Católica no se le recorta nada y a la Casa Real sólo un 2%. El recorte en sanidad y educación pone el peligro la calidad la enseñanza y de una sanidad universal modelo en Europa. Estas medidas abren el camino a la privatización, por una parte, y a la restricción de acceso a las mismas en función del nivel de renta.
Al cierre de esta edición de Mundo Obrero los sindicatos de clase han convocado movilizaciones el 29 de abril y el 1 de mayo en defensa de la sanidad y la educación ante el ataque de las políticas neocon de Rajoy. El problema es que una parte muy importante de la población ha asumido que los recortes son necesarios y, en esto juegan un papel importante los medios de comunicación del sistema.
Desde el PCE no nos resignamos a estas políticas, no nos resignamos a que no existan alternativas a las políticas neocon y fascistas del PP y de las instituciones europeas que han fracaso en otros países, como se ha demostrado en Latinoamérica. Por ello planteamos la necesidad de conseguir la máxima Unidad Social y Política en torno a una Alternativa Anticapitalista Social y Democrática con los objetivos del Pleno Empleo, para lo que es fundamental la apuesta por el empleo público, la universalización de los derechos sociales exigibles por ley, el desarrollo de los servicios públicos, la Banca pública, participación de los trabajadores/as en la planificación de la economía y en el control de las empresas. También es imprescindible una reforma fiscal que busque dinero para financiar la salida social de la crisis y lo busque donde realmente está, en manos de la Banca y de los grandes capitales, que persiga el fraude fiscal y la economía sumergida. Y no puede faltar la apuesta por la defensa de un modelo de desarrollo sustentado en la sostenibilidad ambiental que parta del cambio de la política energética y las reformas legales para frenar la corrupción, acabar con los paraísos fiscales y regenerar la vida política y empresarial.
Hay alternativas. Las políticas de ajuste no han solucionado nada en ningún país donde se han aplicado. Grecia es un ejemplo. Se encuentra en una profunda crisis por la aplicación de las políticas de consolidación fiscal. IU ha planteado que hay salida para la crisis y ha aportado propuestas en positivo para hacerlo en beneficio de la mayoría social de este país.
El neoliberalismo es persistente, así se sumó al discurso de la rebaja fiscal hasta la socialdemocracia, convirtiéndose en social-liberales, que de la necesidad de bajar impuestos de la derecha para que, según sus argumentos, se produzcan inversiones al moverse el capital o aquello de que bajar los impuestos es de izquierdas. Así se fueron dejando de generar ingresos para cubrir las necesidades sociales, a costa de favorecer al capital y a los que más tienen. Ese déficit de ingresos se suplió con la petición de dinero a los prestamistas internacionales, dinero que ahora pagamos con sufrimiento y con la pérdida de derechos, de los que no generamos la crisis.
La salida a la crisis pasa por una mayor justicia fiscal hacia la media de la Unión Europea. Con esta medida hay recursos suficientes para crear empleo, impulsar la economía real y, con ello, reducir el déficit. Con una lucha firme contra el fraude fiscal y la economía sumergida, los cambios legales necesarios, habría ingresos para mejorar la educación y la sanidad públicas y atender la Ley de Dependencia. Con emerger los trabajos sin contrato y exigir la igualdad de salarios entre hombres y mujeres, además de ser de justicia, permitiría sanear la Seguridad Social y mejorar las pensiones. Con políticas de apoyo a la generación de empleo desde lo público es posible crear cientos de miles de empleos verdes y sociales así como de interés estratégico. Con la creación de una Banca Pública, a partir de la nacionalización de las Cajas de Ahorro que han sido entregadas al capital financiero, sería posible que el crédito fluyera hacia las pequeñas empresas y las familias.
Pero no nos podemos quedar solo en estas propuestas, hay que abordar también las medidas necesarias para crear un nuevo modelo productivo, que incluya más democracia en la sociedad y en la empresa, un sector público poderoso y el apoyo a la economía social, una apuesta por el desarrollo sostenible y el pleno empleo de calidad, la mejora de la educación, el esfuerzo a favor de la I+D+i civil, y un cambio progresista en las relaciones laborales.
Para ello, desde el PCE, apostamos por un proceso de Convocatoria Social que construya el Bloque Social Alternativo para erigir una salida social a la crisis.

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