Mundo Obrero
De mes en mes/enero 2018
Esta será la última vez que me dirija a vosotras y vosotros desde esta
columna, espero que no sea la última ocasión que pueda hacerlo en Mundo Obrero.
Es mi carta de despedida, por así decir, como director de esta cabecera
histórica. Han sido trece años de satisfacciones y, por qué no decirlo,
también algún que otro desagrado, pues la labor informativa tiene estas
cosas.
Cuando allá por el 2004 asumí la tarea de dirigir Mundo Obrero,
primero de forma transitoria sustituyendo a Javier Alcázar hasta la
celebración del XVII Congreso, reconozco que fue una gran satisfacción y
un honor ponerme al frente del periódico del PCE en el que habían
escrito Dolores Ibárruri, Armando López Salinas, Federico Melchor, José
Sandoval, Miguel Bilbatúa y tantos otros. Hacía años que había dejado
de ser sólo el órgano de expresión del partido para convertirse en
también un medio de información alternativo. Recuerdo los debates con
Miguel Bilbatúa al respecto y las propuestas que en ese sentido realizó.
Por aquel 2004, MO se mantenía con las suscripciones y el reparto
militante de las agrupaciones, que casi nunca o nunca pagaban, pues era
una forma de financiación de la actividad del partido en los
territorios. Así, tanto ayer como hoy MO es un medio de financiación del
PCE al que, en muchas ocasiones, no se le ha prestado la atención
debida por parte de las direcciones. Digo que era un periódico que se
nutría con noticias de IU y del coordinador de la época concretamente,
con pocos colaboradores. Estaban Pascual Serrano con sus perlas, Antonio
José Domínguez y sus libros, María Toledano y su estupenda columna,
Rafael Pla, Juan Carlos Rivas con cine y Ricardo Ledo en cultura -alguna
de ellos aún continúan y son de gran valía-, así como los reportajes y
crónicas de Fernando Blanco, con el trabajo de Guiomar Sarabia en
maquetación.
Las primeras acciones fueron encaminadas a mejorar la imagen del
periódico con nuevas secciones, la incorporación de nuevos colaboradores
y colaboradoras y el cambio de cabecera más identificativo con el
partido, según las exigencias del periodo en que tocaba trabajar, el de
la recuperación del partido. Se presentó una propuesta de maquetación
moderna para aquel entonces. Fue un periodo intenso y satisfactorio,
aunque hay que decir que en aquella época éramos algo “conservadores” en
algunos aspectos y daba vértigo la innovación. En este último periodo
también contemplamos la mejora de la maquetación, pero la falta de
medios y de tiempo no lo ha hecho posible.
En el segundo periodo realizamos una encuesta a los lectores y lectoras
para ver qué secciones y contenidos tenían más aceptación. La respuesta
mayoritaria fue que requerían más opinión y artículos en profundidad
sobre los temas de interés, debido a la periodicidad. En este tiempo
pusimos en marcha MO digital con la idea de ampliar la información de la
actividad del partido, del proyecto estratégico y de los colectivos
sociales. Hoy podemos decir que es un medio de referencia, con gran
esfuerzo puesto que son menos recursos para más tareas. Aun así, con
Mikel y Gema, trabajadoras de la Redacción, Raúl Álvarez de Haro, José
Camó, Andrés Aranguren en esta última etapa que han colaborado en la
imagen de las portadas y las fotos, así como el aporte altruista de un
puñado de personas como redactoras/colaboradoras de las que ahora
recuerdo David Becerra, Pedro Marset, Daniel Lacalle, Pedro Ortega, Raúl
G. Hemmonet, García Rubio, Joaquín Recio, obtenemos ese milagro laico
que mes a mes representa MO.
Cambiamos secciones: laboral se convirtió en trabajo y capital;
incluimos una sección de opinión que no había; reorganizamos las
columnas; incorporamos a los ex secretarios generales, Paco Frutos,
Julio Anguita y al que fue presidente ejecutivo Felipe Alcaraz; creamos
columnas fijas en las diferentes secciones, como la de Willy Meyer en
internacional, Javier Navascués en economía, Javier Chamorro en
conflictos laborales, la lucha contra el olvido en el Foro por la
Memoria, el humor de Juan Kalvellido; nuevas aportaciones en opinión con
la firma de Constantino Bértolo, Benito Rabal en contraportada, Dolores
de Redondo con su retranca, Sol Sánchez, Paco Sierra y Ana Jorge en
Cultura y comunicación, Iván Alvarado en teatro, Fernando Urías en
Ajedrez; recuperamos a Mariano Asenjo con el tren de la memoria y a José
María Alfaya.
Fue una etapa en la que buscamos y encontramos la colaboración con otros
medios, a recordar con cariño y gratitud a Diagonal, El Viejo Topo y
Cubainformación. Un periodo en el que se ha consolidado un potente
equipo de colaboradores, como Ángel de la Cruz, Salvador López Arnal,
Eddy Sánchez, Higinio Polo, José Francisco Bellod, Joaquín Arriola,
Santiago González y otros muchos y muchas a los que pido perdón si no
recuerdo en este momento, como a tantas otras personas que en un momento
determinado han escrito para que MO saliera mes a mes.
Quisiera hacer una mención especial a quienes han colaborado con MO y
nos han dejado en este periodo, Viviana Hunter, Fernández Cuesta,
Armando López Salinas, Antonio José Domínguez, Eva Domínguez, Manuel de
Cos, y también el alma de nuestro periódico quienes han distribuido MO y
en su recuerdo a Bruno y tantos otros.
Mundo Obrero es hoy lo que es gracias a ellos y ellas, a su dedicación
desinteresada, a su compromiso con una cabecera de prestigio, que es
referencia en un sector de la universidad por la calidad de su contenido
informativo y la valía de sus autores. Nuestra publicación es un canal
de información fundamental para la militancia y los simpatizantes que
mantienen su suscripción. Hemos sido conscientes de los debates sobre
MO, como también de las muestras de cariño y respaldo de la militancia
en los pueblos y ciudades. A todas y todas agradecerles su apoyo porque
sin ellas y ellos nada de esto hubiera sido posible.
Por último, es justo reconocer que hemos tenido errores como
incomprensiones, que somos el reflejo de lo que es el partido, pero todo
ello es propio de la labor de informar de la mejor manera que hemos
sabido, como la idea de construir un medio que sirva para la lucha de
las ideas. Ahí tenemos a MO Radio, en colaboración con la Asociación
Radio Comuna, que está desarrollándose y que es otra forma de informar y
de llegar a más gente. Pero también es justo decir que es necesaria la
colaboración de los núcleos locales para el buen fin del proyecto.
A todas y todos los que me habéis apoyado y dado aliento para seguir,
GRACIAS. Y a quienes me habéis criticado y puesto piedras en el camino
también, pues me habéis hecho fuerte y una mejor persona. Como dije en
la celebración del 80 aniversario de MO, mis aspiraciones políticas
están cubiertas por haber sido director de MO, y lo digo desde la
felicidad que me da el haber recorrido esta etapa de mi vida con
vosotras y vosotros. Me despido deseando los mejores éxitos al camarada
Mariscal como nuevo director de MO en esta nueva etapa.
Nos seguimos leyendo en Mundo Obrero y en mi blog.
¡Hasta siempre,
Hasta la victoria siempre!
Hasta la victoria siempre!
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