Trump ataca Siria como antes atacó Bush hijo a Iraq con una falsa noticia, con un falso argumento. en 2013 escribí para la Revista Teorica Nuestra Bandera, el siguiente árticulo que cobra plena actualidad.
Como
se vende una guerra.
Ginés
Fernández González (Secretario de Comunicación del PCE y director del Periódico
Mundo Obrero)
Los conflictos bélicos y las guerras se justifican
socialmente a través del papel que juegan los medios de comunicación.
I.- ¿Cómo se vende una guerra?
Cuando
en agosto de 1990 Iraq invadió Kuwait, salto la noticia: unos soldados
sacaron 312 bebés de las incubadoras del hospital Al-Addam y los dejaron morir
en el suelo. Un grupo de testigos declaró ante el Comité de Derechos Humanos
del Congreso de EEUU sobre lo ocurrido. Entre ellos una joven de quince años
que describió con todo lujo de detalle el suceso. El hecho impactó de una forma
tal en la opinión pública que influyó de manera determinante en el apoyo del
congreso norte americano a la invasión. Incluso el presidente Bush citó esta
historia hasta seis veces en uno de sus discursos. Se trató en la ONU y dos
días después esta organización aprobó la intervención militar.
Tiempo después
cuando los iraquíes abandonan Kuwait, miembros de la Organización Mundial de la
Salud acceden al hospital Al-Addam y no
observan apenas daños. Las incubadoras están en su sitio. Preguntando al
personal, dicen que ese hecho no ha tenido lugar. Se envían observadores al
lugar y llegan a la conclusión de que la cifra de niños muertos tras sacarlos
de las incubadoras les parece excesiva. Nada parece encajar. Amnistía
Internacional, que había realizado la denuncia, la retira y la niega. Médicos
de distintas nacionalidades que estuvieron en Kuwait durante la ocupación
también niegan que se hubiese producido un hecho así. Nadie confirma aquello.
Años después y
como resultado de un impresionante trabajo de investigación realizado por la
cadena canadiense CBC ve al luz el documental “Vender la guerra”, que en España
fue emitido por La 2 de TVE, y que paso totalmente desapercibido. En él se
explica cómo se llevó a cabo paso a paso una de las muchas campañas que se
pusieron en marcha en EEUU para inclinar a la opinión pública a favor de la
guerra de Irak.
“Las empresas de comunicación se han
convertido en grandes Holdings empresariales. Sus intereses no están
relacionados con la información sino con la rentabilidad”. Pascual Serrano,
periodista.
Asistimos a
nuevos y vertiginosos fenómenos a escala planetaria. El acelerado desarrollo de
las fuerzas productivas, de la ciencia y la tecnología ha producido cambios
extraordinarios en la bioingeniería, la genética, la robótica, pero sobre todo
de las (TIC) tecnologías de la información y la comunicación.
Vivimos una etapa
de expansión de la globalización neoliberal por todo el mundo, unos pocos
monopolios, cerca de unos doscientos, concentran y acumulan las grandes
riquezas producidas por millones de trabajadores, abarcan todas las ramas de la
economía, incluidas las que hoy se conocen como industrias de la comunicación,
información y el entretenimiento. Este complejo industria-cultura fue absorbido
en la última década del siglo pasado por los monopolios de la electricidad, la
banca, la informática, la construcción, la telefonía, el agua y el armamento.
En el informe “Un solo mundo, voces múltiples.
Comunicación e información en nuestro tiempo”, más conocido como Informe Mac Bride, presentado en la
Conferencia General de la UNESCO en Belgrado, 1980, se alertaba ya que “la industria de la comunicación está
dominada por un número relativamente pequeño de empresas que engloban todos los
aspectos de la producción y la distribución, las cuales están situadas en los
principales países desarrollados y cuyas actividades son transnacionales”.
Para ello en el
2002, en EEUU, y en otros países van por ese camino, se abolieron normas contra
la concentración en el campo de los audiovisuales: esto les ha permitido por
ejemplo, que América Online compre Netscape; la revista Time, la Warner BROS;
y, la cadena de información CNN, General Electric, se ha hecho con la NBC; la
firma Microsoft de Bill Gates reina en
el mercado de los programas informáticos y participa en el de los videojuegos,
mientras que con su agencia Corbis domina el mercado de la fotografía de
prensa; la News Corporation de Rupert Murdoch ha asumido el control de algunos
de los periódicos británicos y estadounidenses de mayor difusión (The Times,
The Sun, The New York Post) y posee una red de televisión por satélite (BskyB),
una de las cadenas de televisión de Estados Unidos (Fox) y una de las
principales empresas de producción de películas (20th Century Fox).
En la actualidad,
este nivel de concentración global de los medios masivos de comunicación
(radios, prensa escrita, canales de televisión, Internet, cine, videos) en
monopolios globales hoy tiene dimensiones alarmantes. Conglomerados como: News
Corps, Viacom, AOL Time Warner, General Electric, Microsoft, Bertelsmann,
United Global Com, Disney, Telefónica, RTL Group, France Telecom, etc.,
concentran la mayoría de los flujos de información, opinión y entretenimiento
que consume la mayoría de la humanidad. De los 7 monopolios más grandes del
mundo, 4 son norteamericanos, todos ellos con fuertes vínculos con el complejo
industria-militar estadounidense, capitaneados por la camarilla genocida donde
destaca Ronald Rumsfeld. Esta situación no es diferente en Europa, pues,
también grupos como Dassault y Largaderé – que controlan grandes medios de
comunicación en Francia- se han constituido en torno a la producción de
materiales para la guerra como aviones de caza, helicópteros, misiles, cohetes,
satélites, etc. Como señala Ignacio Ramonet “el viejo temor se ha
hecho realidad: algunos de los principales medios de comunicación están ya en
manos de los vendedores de cañones”.
Sin que estos
datos sean muy actuales, se conoce que el 96% de noticias mundiales lo
distribuyen en 5 agencias de prensa; cuatro de cada cinco noticias escuchadas
en el mundo venían de EEUU y produce más del 80% de programas audiovisuales
(entretenimiento, TV, cine, video) EEUU, Japón, UE controlan el 90% de la
información y comunicación del mundo. Las 10 principales empresas de
telecomunicaciones controlan el 86% del mercado.
Evidentemente
esto les da el poder de homogenizar ideológica y culturalmente a los pueblos;
crear y manipular la opinión pública mundial, afectar la diversidad cultural a
favor de la ‘cultura mundial de los monopolios’.
En este marco,
los viejos paradigmas de los medios de comunicación como la imparcialidad, la
independencia, la objetividad, el pluralismo caen por su propio peso; la
información se ha vuelto unidireccional porque responde a los intereses de un
puñado de monopolios y son éstos, de acuerdo a sus conveniencias, quienes las
producen. La comunicación se caracteriza por ser veloz, abundante y por ser una
mercancía; sus regulaciones no son informativas sino mercantiles, están
reguladas por los empresarios y no por periodistas, señala Ignacio Ramonet.
El atiborramiento
de informaciones breves, fragmentadas, descontextualizadas en realidad
desinforma, distorsiona la realidad, no permite ubicar las causas reales de los
fenómenos que suceden en el mundo y son manejadas de manera deliberada por
estos grandes conglomerados mediáticos. Por ello podemos, aparentemente, tener
mucha información sobre la guerra, pero en realidad lo que nos presentan es un
espectáculo de la guerra, porque “eso vende” con lo cual se oculta las
atrocidades que significa una guerra y los intereses que en ella se juegan,
pero además se hace negocio con este tipo de información.
II.- Los medios y la guerra
En
el contexto de la pugnas ínter imperialistas, la guerra es uno de los recursos
a los que acuden para sostener o ampliar áreas de influencia y conquistar
nuevos mercados, sobre todo para los negocios de la guerra. Desde la caída del
Muro de Berlín, el mundo ha sido testigo de la desmembración de varios países y
del desangramiento de muchos pueblos: Yugoslavia, Croacia, Servia-Herzegovina,
Palestina, Afganistán, Iraq, Libia y ahora Siria han sido y son escenarios donde los intereses
imperialistas se han hecho presentes, recurriendo a distintos argumentos y
pretextos para intervenir militarmente, uno resalta entre ellos la “intervención
humanitaria”, de la que Jean Bricmont, que la califica como imperialismo
humanitario, ha dicho “Es
una ideología que pretende legitimar la injerencia militar contra países
soberanos en nombre de la democracia y de los derechos del Hombre. La
motivación siempre es la misma : una población es víctima de un dictador y
por lo tanto hay que actuar. Entonces nos sacan las referencias a la Segunda
Guerra mundial, a la guerra de España y otras. Se trata de hacer aceptable la
intervención. Es lo que pasó en Kosovo, Iraq o Afganistán”.
En todo este
proceso de genocidio, los monopolios de la comunicación han jugado un papel
perverso para imponer al mundo la ‘verdad mediática’, ésta que cuando todos los
medios de comunicación dicen que algo es verdad, eso se impone, aunque sea
falso. Por ello cuando todos los medios dijeron que los iraquíes eran malos,
que Hussein tenía armas de destrucción masiva, eso era verdad. Esto tiene su
raíz en la premisa de Goebels, jefe de propaganda de Hitler, que decía: repetir
una mentira se convierte en verdad, o que repetir es demostrar.
“La maquinaria de propaganda de EEUU, junto con el fundamentalismo de
sus dirigentes, ha creado una línea ideológica del bien y del mal, y demoniza
al resto del planeta”. Moncho
Tamames, periodista.
Estas verdades mediáticas
cobran mayor fuerza después de los atentados del 11 de septiembre del 2001 y la
promulgación de la US Patriot Act (Acta Patriótica), con la cual se desató todo
un conjunto de acciones represivas e intervencionistas por parte de EEUU en
todo el mundo, con el pretexto de combatir el terrorismo, particularmente en
los países donde tenía intereses energéticos-estratégicos como Afganistán e
Irak, y puso en lista a varios países que los consideró el ‘eje del mal’, estos
países casualmente han sido y están siendo “intervenidos humanitariamente”.
El discurso
mediático fue ubicar que el mundo cristiano y occidental (léase EEUU) estaba
amenazado por el mundo salvaje e islámico (Osama Bin Laden); virtualmente, y
sin ninguna discriminación, se amplió el abanico de posible intervención a
cualquiera de los países donde se profesa esta religión. Así crearon las
condiciones que justificaban la invasión y el genocidio en Afganistán bajo el
argumento que ahí se ocultaba el líder terrorista. Lo mismo se hizo con Iraq,
una profusa y sostenida propaganda que señalaba que Sadan Hussein poseía armas
de destrucción masiva, que pese a las informaciones en contra del comisionado
de la ONU, la verdad mediática se impuso. Hoy se pretende lo mismo con Irán y
Siria.
Tras la guerra de
Iraq la segunda guerra mediática fue la de la antigua Yugoslavia, y con
similares parámetros, el 24 de marzo de 1999, el presidente demócrata de EE.UU
Bill Clinton inicio un bombardeo de 11 semanas contra Yugoslavia. Como Bush en
Irak, Clinton no tenía mandato de la ONU, al igual que Obama en Libia usó la
OTAN, y su pretendida "diplomacia" para eludir la opción del
bombardeo fue una falacia, porque el ataque estaba resuelto de antemano.
Semanas antes de
comenzar los bombardeos, Clinton lanzó un ultimátum al presidente Milosevic: o
lo aceptaba incondicionalmente el conocido como el acuerdo de Rambouillet, o se enfrentaba a un bombardeo, el acuerdo
era un documento que ningún país soberano podría haber aceptado, garantizaba a
los EEUU y la OTAN "paso libre e irrestricto, y acceso sin estorbos
por" todo el territorio yugoslavo y no sólo Kosovo, entre otras cosas
como, que tendría que "garantizar todos los servicios de
telecomunicaciones, incluidos los de retransmisión televisiva en directo,
necesarios para la Operación, conforme a las determinaciones de la OTAN".
De forma muy parecida a los planes de Bush en Irak unos años después,
Rambouillet disponía que la economía de Kosovo "funcionará de acuerdo con
los principios del libre mercado". Slobodan Milosevic rechazó la indigna propuesta para un país soberano.
No rechazó la paz sino la oferta que EE.UU ya sabría que lo haría, Una
propuesta que como dice el dicho: esto son lentejas, si las quieres las tomas y
si no las dejas.
Las bombas
cayeron sobre servia y los primeros perjudicados fueron la verdad y los
responsables de trasmitirla la Radiotelevisión Serbia, en donde un proyectil
aéreo mató a 16 trabajadores de medios de comunicación y demás objetivos con
armas prohibidas y también el bombardeo de refugiados albaneses, supuestamente
las gentes que querían proteger los EEUU.
Así fue como Bush
con la excusa de que Sadam poseía armas de destrucción masiva invadió Iraq, en
1999 los funcionarios de la administración Clinton suministraron, como parte de
la propaganda de campaña, asombrosas alegaciones sobre el nivel de brutalidad
al que se había llegado en Kosovo. "Hemos constatado ahora la desaparición
de cerca de 100.000 hombres en edad militar... Han sido asesinados", se
dijo desde la administración norte americana, que más de 4.600 varones
kosovares habían sido ejecutados. Como en Irak, tras se demostraron falsas esas
informaciones.
En la verdadera
historia detrás de la independencia de Kosovo (Sin Permiso, 2 marzo de 2008) Jeremy
Scahill, ha escrito “Luego vinieron
rebajas espectaculares: como ha dicho recientemente Justin Raimondo en su
columna en Antiwar.com, de 100,000 se pasó
50,000, luego a 10,000, y "llegados a este punto, el Partido de la Guerra
dejó ya de hablar de cifras para pasar a celebrar el glorioso triunfo de la
'intervención humanitaria'". Luego se vio que "no había habido
'genocidio': el propio Tribunal Internacional informó que se encontraron poco
más de 2.000 cadáveres en el Kosovo de posguerra, incluidos serbios, gitanos y
kosovares, todos víctimas de una atroz guerra civil en la que nosotros
intervinimos del lado de los últimos. Toda la fantástica historia de otro
'holocausto' en el centro de Europa había sido un fraude", según Raimondo”.
No tardaron mucho
los EEUU en comenzar la construcción de una gran base militar, Camp Bondsteel,
convenientemente localizada en un área de tremendo interés geopolítico para
Washington que fue construido por la antigua filial de Halliburton, KBR.
En Libia
hemos vuelto ver como se vende una guerra a la opinión pública mundial, como en
los ejemplos anteriores la primera víctima es la verdad. Las operaciones
militares en Libia y la resolución 1973 que les sirve de base jurídica no son
la excepción de la regla. Vuelven a ser presentadas a la opción publica
internacional como necesarias para proteger a la población civil víctima de la
represión indiscriminada del coronel Gadafi, cuando en realidad tienen
objetivos económicos e imperialistas de lo más clásicos.
La denuncia sobre
los crímenes contra la humanidad, fue una de las propagandas de
la prensa de la alianza atlantica y de los periodista y medios de comunicación
a su servicio, asi con tal de presentar un panorama catastrófico se empeoro la
situación haciendo creer que los cientos
de miles de personas que huían de Libia estaban tratando de escapar de una
masacre. Las agencias de prensa, que no tenían representantes sobre el terreno
y como se ha demostrado seguían las noticias producidas en la red y falseadas, hablaron de miles de muertos y de «crímenes contra la humanidad».
Los combates entre los partidarios de Gadafi y los sublevados han sido
ciertamente sangrientos, pero no en las proporciones anunciadas. Nunca hubo una
represión sistemática contra la población civil.
La resolución de
la ONU fue la coartada para el derrocamiento de Gadafi, anteriormente amigo de
los mandatarios que encabezan la coalición de la OTAN, la actuación en Libia
tiene un claro aspecto económico y estratégico con el petróleo de fondo, al
tiempo del inicio de la guerra se reconoció el Consejo Nacional
Libio de Transición, este se constituyó
en Bengasi. Se fusionó con un Gobierno Provisional creado por el ministro de
Justicia de Gadafi, que se unió a los sublevados. Fue este mismo personaje,
según las autoridades búlgaras, quien organizó las torturas contra las
enfermeras búlgaras y el médico palestino a los que el régimen mantuvo
detenidos por largo tiempo. Tras ello se le deja vender el petróleo a países que están implicados en la
acción de guerra, el derecho internacional y la los derechos humanos no es el objetivo de la intervención, Gadafi
es asesinado públicamente.
¿Porque se interviene en unos paises y en otros no? Michael
Collon se pregunta en el articulo “comprender la guerra de Libia”: ¿Qué diferencia hay entre un libio, un bahreiní y un palestino?: Presidentes, ministros, generales,
todos juran solemnemente que su objetivo es únicamente salvar a los libios.
Pero al mismo tiempo, ¡el sultán de Bahréin aplasta a los manifestantes
desarmados gracias a los dos mil soldados saudíes enviados por EE UU ! Al
mismo tiempo, en Yemen, las tropas del dictador Saleh, aliado de EE UU, matan a
52 manifestantes con sus metralletas. Estos hechos nadie los pone en duda, pero
el ministro de EE UU para la guerra, Robert Gates, acaba de declarar : “No
creo que sea mi papel intervenir en los asuntos internos de Yemen”1.¿Por qué estas dos varas de
medir ? ¿Porque Saleh acoge dócilmente la 5ª Flota USA y dice sí a todo lo
que le ordena Washington? ¿Porque el régimen bárbaro de Arabia saudita es
cómplice de las multinacionales petroleras? ¿Habrá “buenos dictadores” y “malos
dictadores” ? ¿Cómo EE UU y Francia pueden pretenderse
“humanitarios” ? Cuando Israel mató a dos mil civiles en los bombardeos
sobre Gaza ¿declararon una zona de exclusión aérea? No. ¿Decretaron alguna sanción?
Ninguna. Aun peor, Solana, entonces responsable de Asuntos exteriores de la UE
declaró en Jerusalén : “Israel es un miembro de la UE sin ser miembro de
sus instituciones. Israel es parte activa en todos los programas” de
investigación y de tecnología de la Europa de los 27. Añadiendo aun :
“Ningún país fuera del continente tiene el mismo tipo de relaciones que Israel
con la Unión Europea”. En este punto, Solana tiene razón : Europa y sus
fabricantes de armas colaboran estrechamente con Israel en la fabricación de
drones, misiles y otros armamentos que siembra la muerte en Gaza. Recordemos
que Israel que expulsó a 700 mil palestinos de sus aldeas en 1948, se niega a
devolverles sus derechos y continúa cometiendo innumerables crímenes de guerra.
Bajo esta ocupación, 20% de la población palestina actual está o ha pasado por
las cáceles israelíes. Mujeres encinta han sido obligadas a dar a luz atadas a
la cama y reenviadas inmediatamente a sus celdas con sus bebés. Esos crímenes
se comenten con la complicidad de EE UU y la UE.¿La vida de un palestino o de
un bahreiní vale menos que le de un libio ? ¿Hay árabes “buenos” y árabes
“malos” ?
Según Eduardo Luque en su articulo “La crisis Siria: la
gran impostura”. La llamada “primavera siria” no comienza el 4 de
febrero del 2011 sino el 15 de septiembre del 2001 cuando George Bush señala a varios países,
entre ellos Siria, como miembros del “eje del mal”. El subsecretario de estado
John Bolton anunciaba el 6 de Mayo del año 2002 la puesta en marcha de un plan
para intervenir en estos países. El 12 de diciembre de 2003 se vota la Syrian
Accountability Act. Según la cual el presidente de EEUU puede atacar Siria sin
autorización del Congreso. Se inicia la campaña de demonización del gobierno
sirio. Los medios durante estos años se refieren al gobierno como el “régimen”
y califican invariablemente al presidente como “sátrapa” o déspota dictatorial.
El plan inicial de intervención prevé, en toda la zona, o golpes de estado o la acción militar
utilizando el argumento de la “intervención humanitaria”.
Continua el articulo de Luque planteando algunos ejemplos de
manipulación informativa de la crisis, así “en febrero del 2011, aparece en
Facebook una página que bajo el epígrafe The Syrian Revolution 2011
convoca un “día de la cólera” para el viernes 4 de ese mismo mes. Al Jazeera se
hace eco de la convocatoria y la amplifica. La propuesta de movilización fue un
fracaso. Nadie siguió la convocatoria. El canal catarí frente a este hecho
acabó calificando al país de “reino del silencio” (sic). Es curioso que la
convocatoria se hiciera en inglés y no en árabe y que de pronto aparecieran en
Facebook en un solo día 80000 amigos. El diario “El Mundo” cubrió la noticia
del “Día de la ira” inventando la existencia de manifestaciones masivas contra
el “régimen“; posteriormente fuentes islamistas recogidas por la CNN afirmaron
que el “día de la ira” se pospuso al mes de marzo”.
Como hemos manifestado anteriormente en los distintos conflictos que
hemos analizado, la similitud entre el caso libio y sirio queda patente,
responden al mismo plan maestro trazado
en anteriores intervenciones imperialistas. La cadena Al-jazzera, ha sido uno
de los pilares de la desinformación. Su dueño es la familia real catarí desde
entonces se ha producido un cambio en la línea editorial. También ha quedado
demostrado a través de los llamados papeles de WikiLeaks, la estrecha relación
de su director Wadah Khanfar con el espionaje de los EEUU.
A la vez desde la Red Voltaire
se informó que desde fuentes periodísticas francesas afincadas en Siria
habían podido constatar que una parte muy considerable de los muertos civiles
estaban vivos, sus nombres se habían sacado de la guía telefónica; algunos de
ellos han aparecido en la TV siria demostrando así su existencia. La
información que dan los medios del sistema solo tiene una fuente para su
información, esta es el Observatorio
Sirio de Derechos Humanos con sede en Londres, no se conoce a sus
responsables.
Dice Luque en su articulo: “Los
medios de propaganda occidental nos marcan los objetivos y los enemigos. La
verdad se abre paso con dificultad. ¿Por qué hemos de fiarnos de unos medios de
comunicación occidentales que como hemos visto en el caso de Irak, Afganistán,
Libia….., han tergiversado la realidad hasta convertirla en una parodia de sí
misma?”
América Latina
también es escenario de las verdades construidas por grupos mediáticos
regionales como el de Carlos Slim, el hombre más rico de América Latina, dueño
de la telefonía mexicana y Emilio Azcárraga, ambos dueños de Televisa y
TVAzteca, respectivamente, hoy un oligopolio. Otro personaje de gran
importancia es Gustavo Cisneros de Venezuela que, entre sus múltiples negocios
posee Venevisión, Chilevisión, controla una docena de radioemisoras, de Direct
TV Latin y es propietario de la cadena UNIVISION que moldea las mentes de 500
millones de personas con productos como el chileno Don Francisco.
A parte de que
comparten con los conglomerados mediáticos globales, la emisión de programas de
entretenimiento y la información, los medios que controlan estos grupos, como
en el caso de Gustavo Cisneros, se han convertido en actores políticos de
primer orden en Venezuela, diseñan los acontecimientos, los imponen y los
conducen. Así diseñaron y llevaron a cabo el golpe fallido de estado contra el
gobierno democrático de Hugo Chávez; hoy, pese a su derrota, continuan una
nueva ofensiva con la cual propagan que el gobierno de Chávez es una amenaza
para la estabilidad democrática en la región, tratando de crear una situación
adversa que atenúe la resistencia a una nueva intentona golpista del
imperialismo. Lo mismo sucede con Cuba.
III.- El espectáculo de la guerra
Tiempo atrás, el
especialista en medios de comunicación, Patrick Lamarque, que tuvo a su cargo
la información del Ministerio de Defensa de Francia durante los años ochenta
decía, refiriéndose al ambiente mediático de la guerra de Iraq: ‘…todo este panorama transcurre en vivo y en
directo. Todo lo que pasa es visto. Y, en términos militares, abre un nuevo
frente. Antes había guerra terrestre, estratosférica y marítima. Ahora tenemos
el frente de la información que forma parte de la propia guerra. Al pensar lo
que uno piensa, tenga la actividad que fuere, ya se es parte de la guerra”.
Y en efecto esto
fue lo que sucedió con la invasión de Iraq, un gran espectáculo fue montado,
donde las imágenes dominaban la vida. La campaña de relaciones públicas fue tan
importante como militar. El diseño de la táctica militar y la forma como se
presentaba en los medios de comunicación tenía un valor estratégico
Los horrendos
bombardeos fueron televisados solo desde el ángulo en que permitían el
espectáculo; la destrucción y la masacre no aparecían, por tanto no existían.
Los mismos soldados revelaron en el desierto que ellos, como los demás,
dependían casi totalmente de los medios de comunicación para conocer lo que
supuestamente estaba sucediendo. La espectacularización universal instantánea
apabulló a millones de gentes.
“Sabía que ellos
no nos llevaban a un determinado sitio para que diésemos una información
objetiva, sino para utilizarnos como medio de propaganda.” (Mercedes Gallego, periodísta
“empotrada” en la guerra de Iraq)
Un elemento nuevo
en la manipulación de la información, es el enrolamiento de periodistas que
acompañan a las tropas invasoras, asignadas a cada área del ejército para
realizar la cobertura, en las que el comandante de la unidad es, a la vez, el
editor de la información. Nada sale sin su autorización. El control de la
información es estratégico. Toda posibilidad de una información diferente
simplemente es también bombardeada, como sucedió en Bagdad, donde se alojaban
otros medios de comunicación, entre ellos el cámara español José Couso. Esta
acción criminal fue calificada como “efectos colaterales”.
El documento
denominado Visión Conjunta 2020 del ejército estadounidense, que establece los
alineamientos para su perfeccionamiento, señala que “el continuo desarrollo y proliferación de tecnologías de la información
cambian sustancialmente la conducción de las operaciones militares. Esos
cambios en el entorno de la información hacen de ésta un posibilitador clave de
la trasformación de las capacidades operativas y de la evolución del comando y
control”. Sin embargo, también reconocen
que no necesariamente tendrán una amplia ventaja tecnológica sobre sus
adversarios en todas las áreas, “todo el
incremento de la disponibilidad de satélites comerciales, comunicaciones
digitales, y la Internet pública le da a nuestros enemigos nuevas capacidades a
un costo relativamente bajo” señala el documento.
De esta maneta,
la información está integrada a la agenda de los ejércitos como requisito para
el triunfo de sus operaciones militares. Cuando se refieren a que “la
información, su procesamiento y las redes de comunicación están al centro de
cada operación militar”, ponen especial énfasis en las ideas, conceptos que
deben y pueden generar sus operaciones. La comunicación y la información vienen
a ser una de las secciones de los ejércitos que mayor atención, captación y
recursos están recibiendo.
Aparte de los
beneficios del comercio de armas, del control del petróleo, los mega negocios
de la reconstrucción de los países arrasados, la producción de imágenes
espectaculares, incluida la guerra, arrojan también grandes ganancias a los
monopolios mediáticos, principalmente norteamericanos, líderes en la producción
de audiovisuales. La guerra es la expresión más fiel de lo que son los estados
imperialistas y es su refuerzo más poderoso. Así como el capitalismo debe crear
necesidades artificiales para sus mercancías cada vez más superfluas, el Estado
debe crear sin cesar conflictos artificiales de intereses que requieran su
violenta intervención. El primer objetivo de los estados capitalistas es
impedir o aplastar cualquier movimiento popular auténticamente revolucionario.
El espectáculo como
falsificación de la realidad, está manejado por los medios de comunicación, de
tal manera que por ejemplo tuvieron menor espacio las grandes marchas populares
en contra del Plan Colombia y por la salida de la OXY que las grandes “marchas
blancas “de Quinto y Guayaquil encabezadas por líderes empresariales y
políticos retrógrados que promueven la pena de muerte, la xenofobia, el odio a
los colombianos y a la delincuencia, generalmente localizada y asociada a los
sectores populares que reclaman mayor armamento y efectivos policiales.
En el propósito
de condicionar a la población, se utilizan los más sutiles métodos de
distorsión como el uso de imágenes cargadas de emoción, (niños y niñas
secuestrados, violados y asesinados), aislamiento de un hecho de su contexto
histórico, limitar el debate a opciones “realistas”; que presentan puntos de
vista opuestos de manera ligera, personificación de complejas realidades.
(Colombiano = narcotráfico, guerrilla,
delincuencia); las masacres de los ejércitos invasores en Irak fueron
objetivados con el nombre de “daños colaterales”, etc.
Para los
gobiernos de izquierdas y los revolucionarios el análisis y el debate sobre el
fenómeno de la información y la comunicación deben reevaluarse en sus
estrategias de lucha emancipadora y revolucionaria, para darle mayor fortaleza
y contundencia, teniendo en cuenta que la comunicación y su desarrollo están en
directa relación con sus objetivos liberadores. Las actuaciones de los
gobiernos como el caso de Ecuador, entre otros, para regular los medios de
comunicación y que estos no sean controlados por el poder económico, son un
paso importante hacia una información veraz e independiente de intereses y relaciones económicas globales.
Surge ahí, entonces, la necesidad de otro tipo
de medios de comunicación y de otra comunicación: Internet con todo su
potencial, Telesur, proyectos locales, son los llamados medios alternativos. Es
decir, medios de comunicación no concentrados en la dinámica empresarial, no
concentrados en el espectáculo de la vida sino en la vida misma, en la lucha de
la vida. La única manera de lograr esto es reemplazar el espectáculo, la
representación de los hechos por la palabra de los actores mismos de los
hechos. Eso son los medios alternativos de comunicación, instrumentos que
sirven para darle voz a los sin voz.
Medios de
comunicación alternativos hay muchísimos, con una amplísima variedad en
formatos, estilos, recursos y grados de incidencia.
Esta enorme gama
de medios que se reconocen como alternativos tiene como objetivo primordial ser
un instrumento popular, una herramienta en manos de los pueblos para servir sus
intereses. Por cierto ello permite una gran versatilidad en forma en que se
implementan las acciones, pero el común denominador es constituirse en un campo
alternativo en contra del discurso hegemónico de la industria capitalista de la
comunicación y la cultura. Ante la institucionalización de la mentira de la
clase, ante la manipulación de los hechos y presentación de la realidad como el
colorido espectáculo vendible al que nos someten estas agencias generadoras de
información/cultura, surgen estos medios jugando el vital papel de contraoferta
cultural.
Constituirse en
la instancia que da la voz a los que no la tienen, ser la caja de resonancia de
colectivos populares, de organizaciones de base y movimientos sociales
organizados, de los pueblos, es, en todo caso, un acompañamiento de vital
importancia.
Por su misma
naturaleza de extra oficiales, de vivir en el sistema pero en confrontación con
él, todos los medios de comunicación alternativos padecen similares problemas:
desde el ataque a la seguridad más elemental cuando arrecia la marea represiva
hasta la crónica falta de recursos para funcionar en lo cotidiano. Ser
“alternativo”, en definitiva, impone esa situación; quien critica al statu
quo y propone otras vías de se enfrenta
a los poderes fácticos, Ser alternativo –en todo-, y en el ámbito comunicativo
más evidentemente aún lleva a estar en guerra continua.
Si la lucha de
clases, la lucha por un mundo mas justo y solidario, por constituir una aldea
global basada en el beneficio democrático de las mayorías y no solo en el de
las élites, si todas esas luchas implican un combate perpetuo, el campo de las
comunicaciones, dada la importancia creciente que las mismas tienen en las
sociedades modernas, pasa a ser un especialismo ámbito de nuevas
actuaciones. Para ello me permito lanzar
algunas ideas:
Plataformas
amplias y de carácter internacional que proyecten visiones reales y
alternativas de la sociedad actual con la participación de los movimientos
sociales y actores políticos alternativos.
Educación y
cultura alternativos, erradicación del analfabetismo y también del funcional.
Control y
regularización de los medios de comunicación con criterios de popularidad y
acceso de las poblaciones a la información y a las nuevas tecnologías. Control
de los medios por la clase trabajadora y la mayoría social.
Construir un
mensaje y una estrategia socialista de comunicación mundializada. Una iniciativa
desde los gobiernos de izquierdas y revolucionarios para cambiar esta situación
desde la características de cada cual, pero comprometidos con la construcción
de un nuevo espacio de comunicación mas social.
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Bibliografía:
ü UNASUR, los medios de comunicación y la guerra
simbólica. Fernando Buen Abad Rodríguez. Rebelión (31/05/2008).
ü Nacionalismos,
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