De mes en mes/Julio, agosto, septiembre 2016
Mundo Obrero
Tras varios meses sin poder estar con vosotros por cuestiones de carácter económico Mundo Obrero
(publicamos en este número una carta con los motivos que nos ha llevado
a esta circunstancia), vuelve a salir de cara a la fiesta del PCE de
este año, una Fiesta importante que va a realizar su actividad sobre la
propuesta comunista para articular el proceso de ruptura o revolución
democrática que hemos teorizado en la primera fase de nuestros
documentos.
Y lo hacemos en un momento en el que el régimen bipartidista monárquico
no da solución a la crisis de gobernabilidad, fruto del enfrentamiento
de los sectores que lo conforman, el continuista formado por el PP y el
regeneracionista formado por el PSOE y Ciudadanos. Existen dos salidas a
la crisis, por un lado la que se sustenta en una reforma del régimen
del 78 para mantener el dominio del bloque que representa al capital y
en el lado contrario, la que plantea la ruptura para construir un
proyecto de Nuevo País.
A fecha de hoy, parece que lo más probable es la realización de unas
terceras elecciones, que no deseamos, para lo que se están realizando
las propuestas que puedan desalojar al PP y a Rajoy de la Moncloa
provocando una situación distinta a favor de la mayoría social y de la
clase trabajadora. Desde este punto de vista y dada la naturaleza de la
correlación de fuerzas en el Parlamento, IU está dispuesta a
propiciarlo, pero no se dan las condiciones de entrar en un gobierno.
El impulso para un cambio real en España, pasa por confrontar con este
proyecto político e impulsar un proyecto de ruptura democrática y
social, que se sustente en un proceso constituyente desde el que acabar
con las bases materiales en las que se apoya el poder de las clases
dominantes en España, y que impulse la elaboración de un nuevo marco
constitucional desde el que dar forma a un proyecto en beneficio de la
mayoría social trabajadora. Para ello, hay que de romper con las
políticas que llevan a millones de personas al paro, a cientos de miles a
perder su casa, de romper con unas instituciones salpicadas por la
corrupción organizada desde el poder, de romper con quienes privan de
sus derechos a millones de mujeres víctimas de un sistema patriarcal que
genera violencia machista, de romper con quienes quieren mercantilizar
la sanidad y la educación, con un mercado laboral en el que el
trabajador no tiene derechos y con unas leyes cada vez mas represivas.
Para avanzar hacia la ruptura debemos trabajar la construcción de un
Movimiento Político y Social que sea la expresión de esa amplia unidad
popular en la que se reflejan muchas personas de distintas
sensibilidades de la izquierda, unidas por una propuesta política de
carácter rupturista y constituyente, que no debemos confundir con un
frente electoral. Por ello, para nosotras y nosotros la unidad popular
es un instrumento, no un fin, que tiene que desbordarse a sí mismo, como
por ejemplo fue el Frente Popular en Chile.
La unidad popular es un proceso que partiendo del conflicto y con la
estrategia de ruptura democrática evoluciona hacia la máxima confluencia
social y política, que englobe diversos sectores afectados por la
ofensiva del capital. Esto significa agrupar a otros sectores sociales, e
incluso tener un carácter interclasista, agrupando sectores de la
pequeña burguesía. La confluencia no puede ser exclusivamente electoral
sino que debe construirse desde abajo, de manera participativa y con
actores diversos, tanto organizados como no organizados.
La Fiesta del PCE va a desplegar sus debates en torno al desarrollo de
los aspectos de la propuesta política que conecten con los sectores
afectados por las políticas del régimen y que vayan avanzando en la
correlación de fuerzas para articular el proceso de ruptura, en la
medida que el ciclo político no se cierra, porque las causas que dieron
origen a la movilización social y a los cambios recientes en el sistema
político continúan vigentes.
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