Mundo Obrero
De mes en mes/ julio-agosto 2015
Vivimos una situación excepcional en lo político y lo social, agudizada
por una crisis económica que ha trastocado los cimientos de un leve
estado social o del medio estar, todo ello ha sobrevenido en una crisis
de civilización. El mundo que conocíamos ya no es igual, no va a ser
igual.
El referéndum convocado por el gobierno griego ante el chantaje de las
instituciones internacionales, es la prueba palpable de la degradación
democrática en la que está inmersa la Unión Europea y la complicidad de
los poderes económicos, políticos y mediáticos con la Europa de los
capitales y de la especulación.
El pueblo griego ha dicho no a la austeridad, respondiendo al chantaje
con un acto democrático sin precedente no exento, como hemos podido ver,
de una gran campaña de desinformación, manipulación y del miedo al caos
de los poderes económicos y mediáticos al rescate de la política
neoliberal de recortes mal llamada austeridad. Poderes que no se lo van a
poner fácil al gobierno griego. Los pueblos del sur de Europa debemos
seguir apoyando al valiente pueblo de Grecia.
En nuestro país debemos tomar nota de lo que está aconteciendo en
Grecia, de la necesidad de construir una alternativa política y social
al neoliberalismo imperante y que esta sea lo suficientemente amplia y
fuerte para hacer frente a los cambios que se deben promover para que la
salida de la crisis lo sea a favor de la mayoría social. Están llamados
a ello las fuerzas políticas y sociales que se referencian alternativas
a este sistema.
Nadie dijo que fuese fácil cambiar el sistema, constituir otro modelo
político, social y económico al que conocemos. Se debe ser consciente
que los poderes que sustentan este sistema no van a estar quietos. En
España la reforma del código penal y la llamada ley mordaza, entre
otros, son instrumentos para acallar la protesta pero también para la
construcción de un modelo decimonónico. Antes fueron la reforma del
artículo 135 de la C.E., etc. las reformas laborales, la privatización
de los servicios públicos, una política impositiva que grava más a los
que menos tienen, etc.
Estando así las cosas, caminando hacia un empobrecimiento social y unas
leyes represivas ¿Cuál debe ser la responsabilidad histórica de los
partidos políticos y de las organizaciones sociales? Solo encuentro una:
derrotar al bipartidismo con la suficiente fuerza para no depender de
una de sus partes en el camino de la transformación del sistema del
dinero en otro de la gente. Nos va en ello, como dice Alberto Garzón,
las próximas generaciones. En estos albores del siglo XXI es crucial.
Estamos llamados a no repetir los errores del pasado, ni los propios ni los ajenos.
No hay fuerza política, social o sindical que hoy por hoy pueda por si
sola cambiar este sistema, decía Julio Anguita en la fundación del
Frente Cívico, por desgracia esta cuestión sigue de plena actualidad. Se
va imponiendo otra forma de hacer política, política de mayorías
amplias, se van conformando nuevos espacios políticos donde los
ciudadanos quieren participar en todo lo que les atañe, hay que trabajar
esos espacios y para ello necesitamos una organización fuerte y unida.
El cambio no hay que darlo solo en las urnas, este debe llevar una
profunda transformación social, la gente tiene que ser partícipe de las
propuestas, de los programas para el cambio, sólo así será posible el
proceso constituyente que reclamamos. Y que mejor forma que construir
con ellos el programa base de ese proceso, el programa ciudadano que una
a la sociedad por la revolución que supone la transformación que
reclama la ciudadanía.
En esta tarea IU es necesaria, imprescindible.
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