Espacios de unidad, espacios de poder

Mundo Obrero
De mes en mes/ junio 2015

Las pasadas elecciones municipales y autonómicas nos han dejado algunas claves importantes de cómo abordar el futuro para que haya un gobierno en favor de la mayoría social y no de una minoría privilegiada. Nos han dado alegrías y también situaciones a estudiar y abordar con inteligencia desde una visión global de lo acontecido, focalizando de forma amplia el análisis de los resultados.

Algunas consideraciones a los resultados. Las candidaturas de unidad popular, de convergencia, han obtenido un buen resultado en líneas generales, en concreto el extraordinario resultado de aquellas candidaturas de las fuerzas transformadoras que van a gobernar en las grandes ciudades. También han obtenido un buen resultado quienes han caracterizado su trabajo en un marco de la confluencia social y política durante estos años y que se han presentado con las siglas de IU.

El bipartidismo, PP y PSOE, han aguantado frente al avance de las candidaturas de transformación. Podemos ha quedado como tercera fuerza en las autonómicas con un porcentaje parecido al de IU antes de las elecciones europeas y los previsibles pactos para desalojar al PP de los gobiernos tendrán que hacerse con el PSOE y/o Ciudadanos, que no ha obtenido el resultado que esperaba.

IU obtiene un mal resultado en las elecciones autonómicas, salvo excepciones, y aguanta el envite en el ámbito municipal convirtiéndose en muchos sitios en la fuerza receptora del descontento y de la esperanza del cambio en los gobiernos locales, aumenta mayorías absolutas y número de concejales con respecto a las elecciones del 2011. Hay que destacar que lo acontecido en las grandes ciudades y en el resto ha sido distinto, diferente. Es una cuestión a reflexionar para acciones posteriores.

Hemos de ser conscientes que para una fuerza como IU, a la que se le exige más que a las demás, la situación interna ha sido, posiblemente, un lastre. Desde estas páginas hemos llamado de forma reiterada a la solución de los conflictos y lo volvemos a hacer de cara a las elecciones generales del mes de noviembre.

Estas elecciones, y antes las andaluzas, nos han dejado claro que no existe fuerza política y social que sea capaz, hoy por hoy, de derrotar al bipartidismo y que solo desde espacios de unidad, desde la confluencia de las fuerzas que trabajan y se reclaman de la transformación social y política, es posible abordar la construcción de la mayoría, del contrapoder para derrotar a las políticas impuestas desde las instituciones internacionales y la Unión Europea. El PCE ha lanzado un reto a las fuerzas sociales, sindicales y políticas para la construcción de espacios de unidad sobre la base de los aspectos programáticos que solucionen los problemas de la gente y para la construcción del proceso constituyente para un nuevo modelo de sociedad y de país.

La reforma del artículo 135 de la Constitución, el apoyo a los tratados internacionales como el TTIP, las reformas laborales, de las pensiones, la política de recortes no es solo una acción del PP. El PSOE ha sido y es participe de estas políticas, de las políticas que han aplicado lo que llamamos el bipartidismo monárquico. Nos jugamos mucho, la forma de vida y el futuro de varias generaciones, puesto que se sancionará si queremos una reforma o la ruptura con el régimen. Nosotras apostamos por la segunda, sin ningún tipo de duda.

En todo esto, no hay que perder de vista el importante papel que juegan los medios de comunicación, dispuestos a prefigurar el nuevo mapa político. No es fruto de la casualidad la línea editorial de televisiones, radios o prensa escrita en el apoyo, la crítica o la imagen que se trasmite a unas u otras formaciones políticas. Su objetivo es que se produzcan cambios que no cuestionen los pilares del sistema político y económico.

“Sin base social, no hay base electoral” estas son palabras de Julio Anguita que hoy tienen plena vigencia. Crecemos en el conflicto social, en el contacto con la calle. El 22 de octubre tenemos un cita, la jornada de movilización general convocada por las Marchas de la Dignidad.