Mundo Obrero
De mes en mes/ Julio-agosto 2014
Entre otros, uno de los logros de las Marchas de
la Dignidad con el éxito de la gran movilización que culmino el 22 de
marzo en Madrid y que durante un mes caminó por los pueblos de España,
fue derrotar la campaña de los poderes económicos, mediáticos y del
gobierno de que estábamos saliendo de la crisis y que se iniciaba la
recuperación, que se veía luz al final del túnel en palabras de alguna
ministra.
El 25M supuso a la vez otra muestra del hartazgo de unas políticas que
no solucionan los problemas de la mayoría social, que la empobrecen y
que en el marco de una crisis de modelo social, político y económico los
ricos se hacen cada vez más ricos.
En estos días, tras la coronación del nuevo rey han iniciado el segundo
“round” y vuelven a retomar la campaña de marketing de la España
virtual, sustentada en datos de recuperación estacional de empleo
precario y barato, sobre índices de crecimiento que no inciden en el
bienestar de la población y que llenan los bolsillos de los que de
verdad mandan, de lo que representa el IBEX 35.
A pesar de lo que nos quieren “vender”, el retroceso social, político,
económico y democrático es palpable y hace necesario que nos pongamos
manos a la obra en una transición hacia más democracia y un sistema que
defienda a las personas, hacia la construcción de una nueva sociedad
para un nuevo modelo de país, para ello es necesario construir un
proyecto de republica, pero esto no será posible sin un movimiento
republicano unido y fuerte. Para esta tarea el PCE pone a disposición de
la sociedad, de la mayoría social avanzada su propuesta republicana que
desarrollamos en este número de Mundo Obrero. Son varias las
generaciones que viven bajo un régimen que no han votado, que no han
decidido y tienen el derecho a hacerlo.
El 15M puso en valor la participación de la gente, las ganas de decidir
su futuro y que no lo decidan por nosotros élites instaladas, con ese
espíritu e ilusión de cambiar las cosas reivindicamos nuestro derecho a
decidir sobre la forma de estado y de gobierno, no queremos un rey
impuesto por los poderes que siguen los dictados de la Troika para que
les sirva de estandarte, de mascaron de proa de las políticas que
desestructuran y mercantilizan al ser humano, siendo un ejemplo menor
pero representativo sirva la privatización de los registros civilices
-donde nos registramos como personas- para que a partir de ahora se haga
en los registros mercantiles: los seres humanos como mercancía la
máxima expresión del capitalismo.
Es por ello que necesitamos construir un nuevo modelo de sociedad que
por un lado tenga como objetivo la republica y por otro, en el camino,
ir solucionado los problemas de la gente, un modelo en el que se cumplan
los derechos humanos como el de la vivienda y de las necesidades
básicas; que la riqueza que se cree sea un bien común que su reparto
justo y equitativo solucione las desigualdades; que genere las
condiciones para el empleo digno con salarios justos, suficiente para
una vida con dignidad y no en condiciones de pobreza; unas prestaciones
sociales suficientes que superen los umbrales de pobreza y universales
para todas la personas que carezcan de ingresos; una sociedad en la que
sean públicos –de todos/as- la sanidad y la educación, los sectores
estratégicos de la economía y una banca publica que facilite la mejora
de las condiciones de vida de las familias y la situación de los
autónomos y las pequeñas empresas; todo ello mediante el reparto de la
riqueza con un política fiscal justa y redistributiva en la que
contribuya más quien más tiene. Aunque todo esto pueda parecer a poco
frente a grandes discursos, es en si un paso hacia el socialismo, puesto
que disputa los elementos sustanciales en los que hoy se sustenta el
poder.
Es la sociedad organizada, somos la mayoría social la que debemos y
estamos en condiciones de cambiar esta situación, para hay que buscar
espacios de encuentro sobre puntos concretos, para ello los comunistas
tenemos la Alternativa Social Anticapitalista Democrática.
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