Una puerta a la otredad, para comentar la actualidad de otra manera, los que estando en constante evolución, no olvidan sus raices y siguen teniendo en cuenta a los clasicos.
martes, marzo 14, 2017
Unidad para abordar el nuevo ciclo político y social
De mes en mes/diciembre 2016
Mundo Obrero
El fin de un ciclo
Con el fin de año de 2016 llegamos a la culminación del ciclo electoral y político intenso que dio comienzo en mayo de 2014 con las Elecciones Europeas y culmina con la investidura de Mariano Rajoy como presidente del gobierno y la continuidad del Partido Popular en el gobierno con el apoyo activo de Ciudadanos y el apoyo pasivo del Partido Socialista Obrero Español.
Entre medias, en estos treinta y dos meses han pasado muchas cosas y han cambiado también muchas otras, no tantas como nosotros queríamos, ni tampoco muchas de las que esperamos, a la vez han cambiado algunas de las que pensamos no era previsible que sucedieran. El régimen ha quedado debilitado pero no ha sucumbido a los envites de las fuerzas sociales y políticas alternativas, eso sí, intenta regenerarse en unas condiciones de debilidad y contradictorias entre los elementos que lo componen. Las fuerzas alternativas no han avanzado lo suficiente para hacer caer el régimen, el deseo formulado y no conseguido de cambio a través solo de las urnas ha supuesto una especie de frustración social que se nota en la desmovilización, una movilización que parece empezar a resurgir, a la vez que en este nuevo escenario las fuerzas alternativas, la izquierda y nosotros mismos como PCE e IU nos encontramos inmersos en un debate, casi existencial, de cómo, cuándo y con quién abordar el futuro.
Con el fin de año se nos han ido dos grandes, Marcos Ana y Fidel Castro. Ambos son referentes de los comunistas, gentes de progreso, luchadores por la libertad y por un mundo más justo y más humano. Ambos con su ejemplo de lucha y vida nos enseñan el camino, todas y todos tenemos mucho que aprender y que practicar, queremos en sus figuras reconocer a todas y todos los que nos han dejado y en los que también nos reconocemos.
Se inicia otro ciclo
La crisis-fraude fruto del llamado capitalismo de casino, la corrupción y la especulación en todos sus ordenes que se fue larvando durante el mandato de los partidos del régimen bipartidista monárquico (PSOE-PP) y la preeminencia de sus iguales en Europa y el resto del Mundo, salvo excepciones honrosas, y que proyectó los primeros síntomas a finales de 2007 –de los que en Mundo Obrero dimos cumplida información- y que dio la cara en 2008, no ha acabado. Podemos decir que ha mutado, sus efectos son menos conocidos pero igual de dañinos. El actual régimen tripartidista ha hecho un gesto gatopardiano, una campaña de publicidad política en la que parece que todo ha cambiado, pero en definitiva todo sigue igual, el IBEX 35 y las instituciones internacionales son las que marcan el paso a seguir, son los que mandan en España.
Hoy, el dominio de los medios de comunicación del sistema capitalista español al paso marcado por los “amos” del dinero nos quiere hacer ver que la crisis-fraude se ha superado y que lo peor ya pasó, pero sabemos que la realidad es otra. Sin ser exhaustivos los datos demuestran todo lo contrario, la brecha entre ricos y pobres, entre los que más tienen y los que menos se ha agrandado, la precariedad y la pobreza han venido para quedarse en amplias capas de la sociedad, desde el proletariado a las llamadas clases medias, pasando por el pequeño y mediano empresario, todo para que una minoría privilegiada y arcaica siga acumulando riqueza por el saqueo al resto.
La seña de identidad del régimen tripartidista (neoliberal y monárquico) es la precariedad, que se inicia en el trabajo con bajos salarios y unas condiciones laborales indignas para el ser humano, llegando a crear la figura del “trabador/a pobre” que tiene trabajo pero no llega a fin de mes con las necesidades básicas cubiertas. Marx y Engels en el Manifiesto del Partido Comunista (1848) expresan las condiciones de los trabajadores de aquella época en dos párrafos, ilustrativos hoy de lo arcaico de las políticas capitalistas españolas: “Por tanto, lo que cuesta hoy en día el obrero se reduce poco más o menos a los medios de subsistencia indispensables para vivir y para perpetuar su linaje”. Y el otro párrafo “Una vez que el obrero ha sufrido la explotación del fabricante y ha recibido el salario en metálico, se convierte en victima de otros elementos de la burguesía: el casero, el tendero, el prestamista, etc.”
A partir de esta situación y otra peor como es no tener trabajo ni prestación básica se produce en cascada lo que llamamos precariedad social o pobreza, de la que el 30% de la población española está en riesgo. Así, mientras los bancos y las grandes empresas anuncian beneficios, la mayoría social no puede pagar una vivienda, no puede alimentarse en condiciones saludables, no tiene recursos para pagar los servicios básicos (luz, gas, agua, transporte, comunicaciones, etc.) no puede acceder al ocio y el deporte, a la cultura, en definitiva llevar una vida digna.
Cómo afrontar esta nueva etapa
En este año 2017 que comienza celebramos el centenario de la Revolución Socialista de Octubre en Rusia. De la lectura de los textos entre otros de Dolores Ibárruri, de Pepe Díaz y fundamentalmente de la obra de Lenin podemos aprender que sin una correlación de fuerzas a favor de las clases populares no es posible un cambio real, una evolución social y política que transforme sus condiciones reales. Para lo anterior es necesario ir construyendo hegemonía gramschiana en lo cultural y lo político, es necesario lo que el PCE lleva décadas definiendo como el bloque social y político capaz de tomar el poder a favor de las clases necesitadas frente a los poderosos amos del dinero. Y en todo ello la movilización adquiere, estos 32 meses son una prueba reciente, un papel primordial de primer orden.
Para ello, debemos tener claras las bases políticas, como el reparto de la riqueza e ir contra la precariedad en todos los órdenes de la vida, unas bases económicas y laborales que lo posibiliten consolidando derechos en una nueva constitución, un nuevo marco de representación política proporcional y participativo, una política fiscal que dé cobertura a las medidas, el respeto a los derechos humanos y al medio natural que es la casa de todos, entre otras.
Derrotar al régimen y construir otra realidad
Cien años hace que el mundo conoció otra forma de vivir tras la Revolución de Octubre: derechos de la mujer, de los trabajadores, reparto de la riqueza, libertades como el divorcio, lucha contra el imperialismo y por la paz, las pensiones, la protección social, vivienda, trabajo, etc., todo ello y más lo trajo la Revolución Socialista de Octubre. Debemos mirar atrás para volver a coger el rumbo del socialismo. Aprender, que no copiar, de los procesos libertadores de América Latina y de su lucha contra el imperio. En nuestros debates de futuro deben estar estas experiencias.
En este nuevo ciclo tenemos debates y contradicciones lógicas, son realidades nuevas a viejos problemas y tenemos distintas visiones de ellos, el debate es necesario, como lo es la unidad de acción de los comunistas en torno a las decisiones de los congresos y de los órganos de dirección, situarse contra ellos es situarse fuera del partido. Hoy es más necesaria que nunca la unidad de los y las comunistas, las y los militantes no nos lo van a perdonar y la clase obrera tampoco.
El PCE e IU pueden, deben y quieren jugar un papel de primer orden, un papel de liderazgo en esta nueva etapa para derrotar al régimen, desde su propia identidad e historia, teniendo como referente los intereses de la clase trabajadora. Lo hemos escrito muchas veces en estas páginas, que nadie nos confunda con intereses cortoplacistas. Hoy la mayoría social y la clase trabajadora reclama soluciones a sus problemas, el PCE e IU aportan esas soluciones, porque el partido no tiene más intereses que los de la clase trabajadora, no es ajena a ella, formamos parte de ella, organizados y organizadas con ella derrotaremos al régimen. Lo demás, ilusiones.
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