Mundo Obrero/De mes en mes
Ginés Fernández / nov 09
Los días 6, 7 y 8 de noviembre el Partido Comunista de España celebra su XVIII Congreso, un congreso que se realiza en un contexto extraordinariamente complejo y difícil para la clase trabajadora, que es la que está sufriendo los efectos de la grave crisis mundial que han creado las políticas neoliberales, una crisis no solo del capitalismo, si no una crisis en el capitalismo, en la medida que ni éste ha sido capaz de controlar los efectos de unas prácticas especulativas y sin respetar sus propias reglas.
Una crisis de modelo de sociedad y de civilización en un mundo globalizado golpeado por los conflictos y las guerras, el imperialismo, el hambre, la pobreza, la decadencia de la democracia liberal y también por la ostentación insultante de la riqueza, que se concentra en un puñado de déspotas. Los abultados salarios de los gestores del latrocinio de las finanzas mundiales, en definitiva en un mundo asentado en la insolidaridad, la corrupción y la explotación sea ésta humana o medio ambiental.
Pero también, en un mundo donde emerge el anhelo (notará el lector que huimos de poner que "emerge la esperanza" ya emergió la Espe en Madrid con el tamayazo) la de un mundo mejor, los procesos revolucionarios y de cambio en América Latina y el apoyo a las candidaturas comunistas o de la izquierda transformadora en Europa abren ese camino, sobre el que se debe reflexionar y actuar en consecuencia. El retroceso y desplome de la socialdemocracia según países, así como la consolidación de la derechona o el ascenso de la extrema derecha y el fascismo en otros países y los procesos políticos unitarios que se están gestando en otros, son toques de atención a los partidos y formaciones políticas que se reclaman a la izquierda de la socialdemocracia.
La izquierda alternativa y revolucionaria se encuentra en un proceso de resistencia, en una etapa ya larga de derrotas y de frustraciones, por muchas causas que no es objeto en este momento detallar y de las que mucho hemos dicho y publicado en este periódico. La correlación de fuerzas no nos es favorable y sinceramente hay que reconocer que entre los asalariados, parados y mayoría social ha calado un discurso y una opinión social contraria a los cambios que nosotros propugnamos, la lluvia fina de Aznar, es decir, la creación de una conciencia que hemos venido a denominar el pensamiento único, ha tenido su efecto en amplias capas de la población de este país.
¿Qué se puede hacer entonces? ¿Está todo perdido?, NO, pero si no se anda con presteza se corre el riesgo de perder una oportunidad y alguna que otra década. Dicen que la ocasión la pintan calva, y si en esta situación de crisis no se es capaz de llegar a la gente, esa ocasión se habrá perdido. El objetivo por tanto es una situación de resistencia y de cambio en la correlación de fuerzas, ampliar la organización, influencia y apoyo social y político a las ideas revolucionarias, conociendo la realidad en lo concreto, en lo que es, de lo que hay, y no en algo hipotético que gustaría que fuese, eso vendrá con trabajo y esfuerzo.
Las ideas no viven sin organización, por lo que de este congreso debe salir un PCE organizado, útil y eficaz, un partido capaz de ser el de todos los comunistas estén encuadrados o no en él como militantes, un partido en el que su organización sea reflejo de cómo quiere organizar la sociedad. Un partido visible y aceptado como fuerza revolucionaria, un partido cohesionado en torno a la política y a un programa de acción capaz de ir transformando paulatinamente la izquierda y la sociedad, un partido comunista que bebiendo de la mejor tradición unitaria sea capaz de impulsar Izquierda Unida como proyecto político alternativo de sociedad y de gobierno, recogiendo las mejores tradiciones de la izquierda transformadora y de lo que se mueve socialmente y que quiere otro mundo y otra sociedad. En definitiva un PCE que influya política, social y culturalmente, capaz de realizar el cambio de conciencia necesario para abrir el camino al cambio político.
Sumar sin perder la identidad y la ideología, esta es una de la cuestiones fundamentales para el cambio de correlación de fuerzas Izquierda Unida y su proceso de refundación es, puede ser un paso, un camino para el cambio de correlación de fuerzas, una vez que en la última asamblea se han asumido los planteamientos del PCE y que está mejor situado que en etapas anteriores, en ello se debe poner empeño en el congreso ¿que IU?, ¿qué proceso de refundación?, ¿qué izquierda es necesaria para cambiar las cosas?. Porque es como dijo Chen Duxiu, primer secretario general del Partido Comunista Chino sobre la alianza con la izquierda del Goumindang y que la consideraba débil y ambigua: pero rechazarla con la esperanza de que apareciese providencialmente algo mejor seria como "declinar comer doufu con verduras porque la semana que viene puede haber pescado".
El PCE es un partido con historia, con sus virtudes, con sus luchas, sus aciertos y también con sus errores y miserias, pero es nuestra historia y nadie puede venir a decirnos que renunciemos a ella, son muchas las generaciones que han dado la vida y han dedicado su vida a este partido y otras muchas que nos sentimos orgullosos de ella, al igual que el PCE no va ha permitir que unos y otros rescriban la Memoria Histórica de este país, donde el PCE y sus militantes jugaron un papel principal en la lucha por las libertades y la República.
Mientras haya explotados, perseguidos, guerras, miseria, pobreza, destrucción de la humanidad y de sus recursos, mientras existan capitalistas existirá el Partido Comunista de España. Hoy, el comunismo es una idea vigente, necesaria, es la ideología que puede crear la alternativa al neoliberalismo y germinar la revolución pendiente. Para ello se debe hacer el XVIII Congreso, porque como dice su lema: Hay una salida por la izquierda, luchamos por el socialismo.
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