La oportunidad de IU
Pablo Sebastian
Julio Anguita denunció el crimen de Estado de los GAL y la corrupción de los últimos gobiernos del PSOE y, manteniendo una política democrática de izquierdas, llevó a su coalición a las más altas cotas electorales que nunca ha tenido. Y en su ciudad natal, Córdoba, sigue el hombre su camino ejemplar en lo político —desde su óptica— y en lo personal, ahora liderando iniciativas republicanas. Julio Llamazares no es como él, ni lo ha tenido tan fácil por causa de la permanente confrontación con el PCE que aún lidera Francisco Frutos, pero ha conseguido sobrevivir a esa tensión interna y a los últimos y malos resultados electorales de su coalición que, desde Anguita, fue de mal en peor. Sin embargo, IU y Llamazares tienen ahora una oportunidad que se empieza a notar en las encuestas y la debería aprovechar ante la falta de proyecto político de Zapatero y los daños gratuitos que está causando a la convivencia entre los españoles, a la identidad nacional y a la izquierda en general, porque el populismo de gestos improvisados y más efectistas que reales no son propios de un dirigente serio de la izquierda.
O ¿acaso es de izquierda el pacto de Zapatero con el dictador y monarca de Marruecos, Mohamed VI, para traicionar y abandonar al frente Polisario? Esa decisión viene, más bien, empujada por Felipe González, que merodea y posiblemente tiene intereses en esas latitudes, y responde a una estrategia calculada de Zapatero de quitarse un problema de en medio porque bastante tiene con los que tiene y ha inventado, por más que ello lleve implícito el abandono a su suerte del pueblo saharaui. O ¿acaso es de izquierdas el envío de tropas españolas a Afganistán, la segunda guerra de Estados Unidos en el frente musulmán?
Algunos de los posibles votantes del PSOE se van a quedar en su casa y otros puede que recalen en IU por la posición más moderada de esta coalición, y en ocasiones también más constructiva, como se acaba de ver con su intento de un nuevo pacto antiterrorista que, aunque está lleno de buenas intenciones, no se ha presentado en el mejor momento. Lo que no puede hacer Llamazares, y de ahí la inoportunidad, es transmitir la idea, y a veces eso parece, de que son un apéndice del PSOE, al que hace recados o encargos, tal y como ya ha pasado repetidas veces en el Congreso de los Diputados, cuando le hacen a Zapatero preguntas solicitadas por el PSOE, o cuando se suman a la reyerta bipolar entre el PP y el PSOE, como simples compañeros de viaje, o tontos útiles.
Quizás Anguita habría recordado, en muchos de estos casos, aquellas palabras de otro cordobés, Antonio Gala, en la Mezquita de Córdoba, cuando dijo “Castilla la Nueva es nueva con respecto a Castilla la Vieja, pero ése es un problema entre ellas dos”. Pues eso mismo se puede decir muchas veces del PP y del PSOE cuando están a la greña, e IU no tiene por qué meterse en camisa de once varas y asuntos que no son los suyos. Entre otras cosas, porque este Gobierno de Zapatero los ha tratado muy mal. Ya quisieran los de IU —que apoyan la estabilidad parlamentaria de Zapatero— haber recibido la mitad o la tercera parte de todo lo que Zapatero, por ejemplo, ha dado a ERC y al conjunto del nacionalismo catalán, en política, soberanía, apoyos económicos, mediáticos, y hasta en sillones y parcelas en el poder estatal. O ya quisiera IU la tercera parte de lo que le quiere dar Zapatero a Batasuna y al PNV si consiguen poner en marcha el Estatuto del País Vasco y el proceso de negociación con ETA. Los de IU, en todo esto, van gratis total, políticamente hablando, y a ciegas porque Zapatero no sabe a dónde va y ellos lo siguen como corderos. ¿Acaso creen los de IU que Zapatero lidera un proyecto federal para España como el que siempre ha defendido IU? En absoluto. Zapatero ya está en el modelo confederal, con puertas hacia la independencia vasca y catalana, y sería bueno que Llamazares dijera si está de acuerdo con estos dos procesos de secesión posibles, para ver qué piensan sus bases en toda España y sus electores. Y si IU sólo está en lo federal debería pararle los pies a este Gobierno, porque va más lejos o no sabe a dónde va, y en esas condiciones no se puede ir de la mano de un ciego por el borde del volcán.
IU tiene que tomar distancias de Zapatero, y no sólo porque está en periodo electoral, sino porque el populismo no es izquierdismo, ni mucho menos la izquierda. Y porque disparates como el de De Juana Chaos tampoco son de izquierda y están en contra de la inmensa mayoría de los españoles, como ocurrió con la guerra de Iraq, y no se pueden avalar así como así porque alguien les dirá que IU disfruta de inmunidad con ETA y que quieren seguir así, mientras otros son amenazados y ponen los muertos y heridos en los atentados terroristas. ¿Cuántos políticos de IU llevan escolta en el País Vasco?
Y no le estamos diciendo a IU que apoye al PP, ni mucho menos, que todavía está por reconocer las mentiras de Iraq y del 11M y que anda enredado en una impresentable e indecente conspiración sobre la masacre madrileña del 2004. No se trata de pasear con el PP la bandera roja y gualda y de tararear la Marcha Real, porque sabemos que IU tiene su propia bandera republicana y un himno, el de Riego, que además se puede cantar. Pero marcando toda la distancia que quieran con el PP deberían hacer otro tanto con Zapatero, en defensa de la izquierda, pero también de la democracia y de la libertad. La libertad que está amenazada en el País Vasco y la democracia que empieza a brillar por su ausencia en las acciones y reacciones de la Moncloa, para salvar los desafueros de Zapatero. Hay ciertas cosas, como el Pacto del Tinell, el rodillo del Congreso y sus vetos para impedir debates y votaciones, que no son, simplemente, democráticas, e IU eso lo debería saber y actuar en consecuencia y en defensa del interés general. Si dejan de moverse como simples acompañantes del PSOE, tendrán una oportunidad y muchas personas, que no soportan a Zapatero y que se acuerdan de Aznar, se lo agradecerán. Algo de eso ya se ve en las encuestas que les están ofreciendo una buena oportunidad.
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